Las regiones ricas ceden 21.136 millones de euros de su renta a las más pobres
Siete comunidades autónomas, y especialmente Madrid, Cataluña, Baleares, País Vasco y Navarra, aportan 21.000 millones de euros (3,5 billones de pesetas) al fondo de la solidaridad regional, el 8,37% de sus rentas familiares directas. Este dinero va a parar a los territorios más atrasados, el resto, que reciben fondos equivalentes al 8,64% de estas mismas rentas.
Madrid y Cataluña encabezan el selecto club de los solidarios, territorios cuya riqueza les permite transferir renta a las comunidades autónomas más atrasadas. En el año 2000 fueron 21.136 millones de euros (3,5 billones de pesetas). A este grupo también pertenecen Baleares, País Vasco, Navarra, Canarias y La Rioja. Estas regiones ceden una media de 1.270,4 euros (211.382 pesetas) por habitante; las más atrasadas reciben 902,3 euros (150.130 pesetas) per cápita.
Este balance de las transferencias entre comunidades, elaborado por Julio y Pablo Alcaide para la Fundación de las Cajas de Ahorro (Funcas), es reflejo del esfuerzo de solidaridad entre las regiones españolas. Si excluimos a Canarias y La Rioja, que apenas aportan algo al fondo de las transferencias, y a Cantabria, Aragón y la comunidad valenciana, con escasa participación en las rentas transferidas, quedan cinco autonomías portadoras netas al fondo de solidaridad regional.
Cesión de fondos
En el año 2000, los territorios ricos cedieron renta equivalente al 12,08% de las rentas directas de las familias madrileñas, al 8,59% de las rentas de las familias catalanas, al 7,85% de las de las familias baleares, al 4,75% de las rentas directas de las familias vascas y al 3,83% de las de las familias navarras.
Como contrapartida, Extremadura recibió transferencias equivalentes al 17,69% de sus rentas familiares directas; Melilla, el 16,95%, y Ceuta, el 15,50%. Galicia recibió transferencias netas equivalentes al 13,06% de sus rentas familiares directas. En el caso de Asturias, el porcentaje es del 12,78%; en el de Andalucía, del 12,64%; en el de Castilla-La Mancha, del 9,86%; en el de Castilla y León, del 8,51%, y en el de Murcia, del 7,50%.
Entre 1995 y 2000, la renta familiar bruta disponible ha crecido en España un 22,8% (de 54,9 a 76,8 billones de pesetas), equivalente a una tasa real acumulativa del 4,2%, ligeramente superior al 4% resultante para el PIB a los precios básicos. En este tiempo, los aumentos han sido muy diferentes entre provincias, con una horquilla que va desde el 6,6% anual de Málaga al 2% de Jaén.
El mayor crecimiento de la renta familiar bruta disponible ha tenido lugar en las provincias con una alta incidencia del turismo (Málaga, Baleares, Tenerife, Girona y Las Palmas). Las tres provincias con rentas familiares más elevadas son Girona, Navarra y Madrid; las más pobres, Cádiz, Sevilla y Granada.
Tanto en 1995 como en el año 2000, el conjunto de impuestos directos y cotizaciones sociales pagados por las familias superó a las transferencias y prestaciones sociales recibidas en dinero. Los impuestos y cotizaciones superaron los 22 billones de pesetas; las transferencias y prestaciones sociales fueron ligeramente superiores a los 16 billones de pesetas.
El balance económico y regional de Funcas incluye también un cálculo estimado de las balanzas fiscales de las provincias españolas. Pablo Alcaide señala que se trata de una elaboración 'necesariamente aproximada que intenta suplir la falta de información gubernamental'.
Los ingresos han sido imputados al lugar de residencia de los contribuyentes y donde están los establecimientos de las empresas multirregionales. El hecho de que un impuesto se recaude en una determinada provincia no quiere decir que el contribuyente final no viva en otra provincia. El traslado del impuesto es especialmente intenso en el caso de los impuestos indirectos sobre el consumo y los productos, pero también en el impuesto sobre sociedades, que se recauda en la sede de las empresas. Madrid, Barcelona y Baleares son las provincias con mayor superávit fiscal.