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José María Alapont

'En España debemos ser intensivos en tecnología, no en mano de obra '

Se disculpa de antemano por utilizar más de un anglicismo. Y, en efecto, se le escapa alguno, pero al darse cuenta interrumpe su exposición para consultar el término más exacto en español. Este valenciano, ingeniero industrial y filólogo, delata así que es un amante de la precisión y que lleva más de 25 años fuera de España.

Sólo cuando viene por Navidad pasa más de unas horas en su tierra. Es así desde 1975, cuando empezó a escalar puestos en el grupo Ford y su filial Valeo. En 1997 fichó por Delphi, entonces de la archirrival General Motors. Desde 1999 es vicepresidente mundial y presidente para Europa, África y Oriente Próximo de la mayor multinacional de componentes del automóvil, ya emancipada de su matriz.

'æpermil;sta es mi séptima recesión', comenta con buen humor ante el cúmulo de malas noticias en la industria del motor. 'Y de todas el sector salió fortalecido'.

P. Va a ser un año muy duro. ¿No cree?

R. No solamente en el sector del automóvil, sino en la economía mundial. A finales de 2000 estábamos de acuerdo en que en 2001 entraríamos en recesión y esperábamos que a finales hubiera una recuperación. Lo que ha ocurrido es que el 11 de septiembre, los importantes incentivos en Estados Unidos y la, digámoslo así, liquidez en monedas nacionales en Europa dieron como resultado un último trimestre muy fuerte que nadie esperaba y que es un poco artificial. Eso ha hecho que la recesión se traslade a 2002. El mercado europeo puede caer un 4% o 5%; el de EE UU, un 10%. Lo importante es que vemos la luz al final del túnel.

P. ¿Espera una crisis corta?

R. Algunos analistas dicen que a partir del segundo trimestre, nosotros lo vemos más bien en el segundo semestre, pero va a empezar la remontada. Y el año 2003, ese sí, va a estar por encima de lo que se preveía antes del 11 de septiembre.

P. El automóvil vive una crisis de rentabilidad más que de demanda: con las ventas en máximos se dispararon las pérdidas. Y a ustedes los fabricantes les exigen ahora renegociar precios a la baja.

R. Es importante aceptar que hay un exceso de capacidad y que hay que adaptar esa capacidad -y, por tanto, los costes- a los niveles de ventas que existen. Yo creo que la recesión ha sido positiva para que todos, fabricantes y proveedores, hagamos esa reestructuración.

P. Eso afecta mucho a España. Las actividades que requieren más mano de obra se están desviando a Marruecos y al Este de Europa.

R. En España la estrategia, como en los demás países avanzados, es transformarnos de las actividades intensivas en mano de obra a las actividades intensivas en tecnología. En España hemos reducido la mano de obra en actividades de montaje, como cableado y arquitectura eléctrica, y hemos aumentado el empleo en alta tecnología, como diésel o electrónica.

P. Su negocio tecnológicamente más avanzado se está concentrando en Cataluña y parece cuestionado todo lo demás: las fábricas en Andalucía, Aragón, La Rioja o Navarra. ¿Tienen futuro?

R. Las actividades que hay en torno a Aragón son de arquitectura eléctrica, de cableado, y va a haber una transferencia hacia lugares como el este de Europa o África, que son más competitivos en mano de obra. La planta de Pamplona se ha transformado hacia componentes y otras están teniendo una reestructuración. En Cataluña fabricamos para nuevas generaciones de diésel y lo que llamamos mecatrónics, para lo que prevemos un fuerte crecimiento. Y Cádiz tiene tecnologías nuevas relacionadas con la conducción eléctrica, rodamientos, servodirección... Lo que está claro es que los nuevos productos tienen procesos de fabricación con menos mano de obra.

P. Acaban de anunciarse 308 despidos en su planta de Puerto Real (Cádiz).

R. En Cádiz estamos hablando de pasar de 2.000 personas a unos 1.700. Tenemos una estrategia de futuro para nuestra planta de Puerta Real, pero para hacerlo tenemos que ser competitivos. Lo hemos hecho de forma adecuada, comunicando con el comité de empresa y con las Administraciones. Como el Gobierno español sabe, he-mos seguido invirtiendo de forma importante en España: 62 millones de euros, más de 10.000 millones de pesetas, el año pasado. Queremos dejar claro que España sigue siendo un país estratégicamente importante. Pero somos conscientes de la transformación industrial que tiene lugar en España y, por lo tanto, seguiremos desarrollando alta tecnología.

P. ¿Van a vender otras fábricas, como la de Logroño, que no sean estratégicas?

R. La actividad de parachoques que se hace en Logroño no es estratégica para nosotros. En comunicación con el comité de empresa, buscamos un grupo industrial, no financiero, que pueda asegurar el futuro de la empresa.

P. ¿Habrá otros recortes de plantilla en España?

R. Para nosotros la reestructuración más importante ha tenido lugar en 2001 más lo ya anunciado para 2002. Las reestructuraciones son un proceso continuo, pero no hay otras que anticipemos en este momento para España.

El irresistible atractivo de la Europa del Este

 

Para José María Alapont, la industria del automóvil está obligada a reducir costes como viene haciendo desde hace 100 años, porque el precio nunca incorpora todo lo que avanza la tecnología. 'El coche que compraste hace cinco años hoy lo tienes más barato, con aire acondicionado, airbags, sistemas electrónicos y de seguridad que antes no existían; y también es más ecológico', explica. No extraña, entonces, que vea la reestructuración como un proceso permanente más que coyuntural. 'Es imprescindible que los proveedores tengamos la capacidad de reducción de costes equivalente a la reducción de precio que hacemos a los productores'. Para el presidente europeo de Delphi, los ajustes deben ir más allá de lo laboral y abarcar 'todas las funciones colaterales a la producción', agrupando departamentos y externalizando actividades. La inversión en I+D se debe mantener en niveles altos, cerca del 10% de la facturación, 'pero eso no quita que también tengamos que encontrar eficiencias económicas', dice.

 

 

 

 

 

 

 

Con ese objetivo, Delphi ha decidido instalar en Cracovia (Polonia) su nuevo centro de ingeniería, en una nueva señal del interés creciente por aprovechar las ventajas de la Europa del Este, donde no sólo hay salarios más bajos sino también 'ingeniería competitiva'. Alapont admite que 'en la UE, el sector está maduro y no tiene los mismos atractivos financieros'. Delphi presume de que trabaja con todos los grandes fabricantes europeos, entre los que GM ya sólo supone un tercio del negocio.

 

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