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Fondos

Oportunidadesde alto riesgo

La crisis ha disparado los diferenciales de los bonos de alto rendimiento. De confirmarse la recuperación, la inversión en fondos de esta índole puede resultar muy rentable

En las últimas semanas, el diferencial de los bonos de alto rendimiento, también conocidos como bonos basura, con respecto a los bonos del Tesoro estadounidense ha alcanzado los 1.000 puntos básicos, cota desconocida desde la crisis de 1989. No es para menos. La crisis económica global se ha cebado en aquellas compañías con balances poco sólidos hasta el punto de que, para lograr financiación a través de la emisión de bonos, deben ofrecer rentabilidades extraordinariamente altas a los inversores. Pese a todo, la inversión en bonos de alto rendimiento (en inglés, high yield) se perfila como una de las apuestas de muchas gestoras de fondos de inversión, como complemento dentro de una cartera con todo tipo de activos, y siempre y cuando se confirme la recuperación económica en el segundo semestre de 2002.

Al contrario que la renta fija tradicional -refugio de los inversores cuando las Bolsas se tambalean-, los bonos de alto rendimiento suelen ser una atractiva de inversión cuando las perspectivas económicas son positivas y, de hecho, su comportamiento suele acompañar al de los mercados de valores. Obviamente, el último año no ha sido especialmente bueno para este tipo de activos. La crisis económica ha hecho mella en el sector y no han sido pocas las compañías con emisiones de este calibre que han sido incapaces de hacer frente a sus pagos de deuda. Según datos de la agencia de calificación Fitch, el número de impagos registrado en los primeros nueve meses de 2001 superó el récord alcanzado durante la crisis de 1990. Agencias de calificación como la propia Fitch, Moody's o Standard & Poor's han trabajado a destajo en la reducción de las calificaciones de muchísimas compañías, a medida que la desaceleración económica ponía en aprietos las cuentas de resultados de las empresas y aumentaba el riesgo de que los inversores se quedaran con las manos vacías. Compañías con buena nota, de las consideradas invertibles, han visto caer su calificación hasta niveles de bonos basura.

¿Por qué, entonces, los gestores ven con buenos ojos la inversión en bonos de alto riesgo? 'En la medida en que la gente crea que la economía se va a recuperar, invertir en fondos de bonos de alto rendimiento es una buena opción', asegura Ramón Pereira, director general para España de la gestora estadounidense Franklin Templeton. Pereira no oculta la cautela que la gestora mantiene a la hora de invertir en este tipo de activos, pero reconoce que pocas veces se han visto diferenciales de más de 1.000 puntos básicos. 'Las tasas están históricamente altas, las tasas de impagos también son altas. Hay riesgo, pero hay también oportunidades para cerrar ese diferencial', añade.

Además, el hecho de que algunas compañías hayan visto caer sus calificaciones hasta niveles de riesgo no significa que sean malas compañías, sino que viven un mal momento. Eso sí, deben ofrecer más a los inversores. 'Hay que separar el grano de la paja', asegura Pereira.

Si de veras se confirma la recuperación económica, automáticamente las cuentas de resultados de las compañías mejorarán, y ello favorecerá la disminución de los impagos, así como de los tipos de interés de los bonos de alto riesgo. La agencia Moody's calcula que en 2002 el número de impagos será menor al de 2001. 'Históricamente, elevados diferenciales entre bonos de alto riesgo y la deuda pública, una tasa de fallidos próxima a tocar techo y unos tipos de interés bajos han sido unas buenas condiciones para el buen comportamiento del high yield', aseguran en Invesco. Como subraya esta gestora, el descenso agresivo de los tipos de interés oficiales en Estados Unidos y Europa ha creado una coyuntura favorable para los bonos de alto rendimiento abaratando la financiación, de las compañías.

Es de esperar que la anhelada recuperación económica del segundo semestre provoque la caída de los tipos de interés de estos bonos, con la consiguiente subida de los precios de los mismos, razón por la cual los gestores apuestan por este tipo de activos para los próximos meses. 'Esperamos que el diferencial de los bonos de alto riesgo europeos se sitúe en 800 puntos básicos para diciembre de 2002', señalan en Aberdeen Asset Management. Esta gestora apuesta preferentemente por los bonos de alto riesgo europeo, un mercado que se ha desarrollado con fuerza en los últimos tres años y del que se espera que recupere las cotas de nuevas emisiones en los próximos años, tras el parón sufrido en 2001. El riesgo divisa, además, desaparece.

No cabe duda de que los bonos de alto rendimiento son activos de riesgo. Basta tomar el ejemplo de Enron, una compañía con elevada calificación crediticia, cuya quiebra ha supuesto un mazazo psicológico para la inversión en bonos de empresas privadas. De ahí que los gestores recomienden la diversificación a través de fondos. Este tipo de productos consta habitualmente de una cartera formada por entre 70 y 200 emisiones, de manera que el impago o la quiebra de una de las compañías apenas afecta a la evolución de todo el fondo. Asimismo, la selección exhaustiva de valores se antoja fundamental a la hora de crear una carteras, más que la selección de sectores concretos.

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