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Secretos de despacho

El lujo de Dior, en el Retiro

Beatriz de Orleans dice ser envidiada por disfrutar del mayor lujo para ella, que no es trabajar en una de las firmas de moda y cosmética de mayor renombre, sino hacerlo frente al famoso parque madrileño. Para trabajar necesita estética y refinamiento

El maquillador es el primero en advertir sobre la tardanza: 'Si hasta el Rey ha tenido que esperar hasta tres cuartos de hora por ella'. Beatriz de Orleans da órdenes, siempre en francés, a diestro y siniestro. El despacho es un trasiego de gente. Se presentan las colecciones de Dior en París y siempre quedan faxes que enviar o algún cabo por atar. Dos horas más tarde de la cita concertada, el fotógrafo dispara los primeros flashes sobre la directora de Christian Dior en España, una mujer que cuida los detalles y asegura que para trabajar necesita estar rodeada de 'estética y refinamiento'. Dice tener uno de los despachos -ubicado en plena plaza de la Independencia de Madrid- más bonitos de España y la mejor oficina de Dior en el mundo. Lo eligió ella hace 15 años. 'Para mí el verdadero lujo es trabajar en un lugar con vistas al Retiro y vivir cerca del trabajo para poder ir caminando. Conozco todos los secretos del Retiro', explica.

El despacho es pequeño y dispone de una amplia sala de reuniones, que es donde verdaderamente se toman todas las decisiones. La decoración, en gris y blanco, los tonos de Christian Dior, refleja el estilo parisino de la compañía. 'Es un color anónimo y símbolo de la elegancia', aclara. Sobre su mesa, y esto no es una frivolidad sino que forma parte de su quehacer diario, un amplio repertorio de perfumes. Reconoce que no tiene ninguna especial manía, salvo cambiar los cuadros con grabados de moda que cuelgan de las paredes. 'No me gusta estar pegada a los objetos materiales que luego no te puedes deshacer de ellos. Tengo una vida espiritual muy fuerte y no me gusta estar atada a cosas materiales. Me molesta la adicción y la esclavitud', asegura.

Dice trabajar una media de 12 horas al día y ser una apasionada de la informática y de Internet. Pero añade: 'Tengo muy mal carácter y el ordenador siempre va más lento que la mente del ser humano. Cuando escribes a mano tú vas a la misma velocidad que la pluma. La máquina no va a la misma velocidad del cerebro. Hay desequilibrio entre el ritmo del cerebro y el del ordenador'. No tiene secretaria y asegura que tiene problemas para encontrar una que se ajuste a su ritmo de trabajo. 'No suelo ser impaciente con la gente, pero tengo problemas para tener una secretaria. Una empresa de headhunters [cazatalentos] me dijo que es imposible que alguien pueda seguirme, que en vez de una, necesitaría cuatro secretarias'.

No soporta a la gente que siempre está de mal humor, a aquellos que son poco despiertos, ni tampoco a los que se quejan con frecuencia. 'La base de la educación es no molestar a los demás. Yo tengo prohibido a mi familia quejarse. Me parece una falta de ética y de educación'. Con las ideas tan claras, Beatriz de Orleans, nacida en París, aunque no confiesa cuándo -'la edad se lleva en la cabeza'-, es licenciada en Ciencias Políticas y cuenta con dos masters en marketing y en publicidad. Christian Dior tiene una plantilla en España de alrededor de 250 personas y cuenta con una facturación de 63 millones de euros. La previsión de crecimiento en el área de perfumes será en este año del 13%. Esta primavera, la casa Dior estrenará en España dos tiendas, una en el madrileño y selecto barrio de Salamanca, y la otra en Marbella. En cuanto a las cualidades que ha de tener un directivo, De Orleans no duda: 'Voluntad de hierro. Cuando tienes una meta hay que seguir, aguantar todas las bofetadas y luchar por conseguirlo. Hay que creer en lo que se hace y defenderlo'. Para esta ejecutiva está prohibido aburrirse y caer en la rutina, 'te lleva a la monotonía y al inmovilismo del cerebro'.

El rojo, lo peor

 

Reconoce que recibió una educación muy estricta. Tal vez por ello exija lo mismo que a ella misma. Le gusta estar rodeada de flores y no se anda con lindezas ni cursilerías. El café se llama café y nada de 'cafecito'. Tiene una manera muy peculiar de señalar sus citas en la agenda. Si lo anotado está en color rojo, eso significa 'lo peor', esto es, que la cita o el compromiso no le interesa en absoluto. Por el contrario, si aparece marcado con el color verde, la cosa cambia. Se trata de algo importante. Y ya si aparece en color amarillo es que hay a la vista alguna cita con el amor.

 

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