La Reserva Federal admite que la recuperación económica es aún incierta
La actividad económica se mantuvo débil en noviembre y diciembre en EE UU y, aunque hay algunos signos de mejora, es difícil precisar cuándo y con qué fuerza comenzará la recuperación, que se prevé para la segunda mitad de este año. Así lo mantiene la Reserva Federal en el Libro Beige publicado ayer, día en el que se conoció que el índice de precios al consumo de diciembre cayó un 0,2% y que la producción industrial registró un descenso del 0,1%.
Los dos últimos meses no presentaron un buen panorama en la economía estadounidense. Según el informe que elabora la Reserva Federal, a pesar de que hubo “algunos signos de estabilización o recuperación”, la actividad industrial fue débil en la mayoría de los Estados.
“Las ventas minoristas mejoraron a finales de diciembre y comienzos de enero, pero los resultados fueron, en general, flojos”, reconoce la Reserva. Los empresarios minoristas vieron además mermados sus resultados por “las agresivas promociones y los grandes e inusuales descuentos”.
Las ventas de mobiliario y productos electrónicos mejoraron, mientras que las de coches retrocedieron mucho en diciembre, frente a las fuertes compras de octubre y noviembre. También el sector inmobiliario y el de la construcción se resintieron en los dos últimos meses “continuando su debilitamiento” en la mayoría de los Estados, aunque la vivienda mejoró, con la excepción de las casas de precio alto.
El sector servicios registró signos ambivalentes “pero en general muestra una actividad económica débil”. El transporte y turismo repuntó en diciembre, pero aún así continúa a niveles inferiores a los de hace un año. “Con el 15% menos de aviones en servicio con respecto a hace un año, la capacidad de la industria está ahora a los niveles de 1997-1998”, afirma la Reserva. Además, “la debilidad de la demanda ha arrastrado los ingresos de un 15% a un 20% por debajo de los del año pasado”, añade. Además de la caída de la demanda, la industria aérea sufre los efectos “del aumento de costes de seguridad”.
En cuanto al crudo, la actividad petrolífera continuó contrayéndose rápidamente en respuesta a los precios más bajos de la energía. “Las previsiones de un tiempo más frío y la colaboración entre la OPEP y los productores no-OPEP para reducir la producción de petróleo hicieron a los precios rebotar a niveles justo por debajo de mediados de noviembre. Los inventarios de la mayoría de los productos energéticos, sin embargo, están significativamente más altos que hace un año”.
Por la parte del empleo, el informe muestra que el mercado laboral aún continúa flojo, y destaca que algunos trabajadores han visto aumentado su gasto en el seguro médico y otros costes que en años anteriores. Aunque algunos mercados laborales como el de Nueva York perciben signos de estabilidad “se esperan más despidos” en otros Estados.
La debilidad de la demanda ha tenido su repercusión en los precios de bienes y servicios “con una notable excepción de fuertes subidas en los precios de seguridad, sanidad y todos los tipos de seguros”.
Ayer se conoció que el índice de precios cayó un 0,2% en diciembre, con lo que el año se cierra con una inflación del 1,6%, el menor crecimiento anual desde 1998. En 2000 este porcentaje fue del 3,4%. Bruce Steinberg, de Merrill Lynch, aseguraba ayer que las presiones inflacionistas “están disipándose y esto creemos que seguirá así en el presente ejercicio”. Analistas de Salomon Smith Barney se aventuraban a señalar que la inflación en 2002 quedaría en el 1%.
Gracias a la continuada caída de los precios de la energía y las fuertes rebajas fuera de temporada el consumo sólo cayó el pasado mes un 0,1%. También en diciembre, la producción industrial sufrió un retroceso del 0,1%, con lo que cierra el año con una caída de la producción del 3,9%, y ésta es la primera vez que el dato es negativo desde 1990.
La caída es además la mayor desde 1982.