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LEALTAD, 1

Hay más peligros que el argentino

No sólo de Argentina y su estela de caos malvive la Bolsa española. De ser así, el resto de los mercados internacionales habrían intentado recuperar las posiciones perdidas el año pasado y dejar condenada a su suerte a la Bolsa nacional, como ocurriera en el último tramo de 2000.

A medida que pasan los días y los acontecimientos en Afganistán ya no son seguidos con el entusiasmo inicial, quizá por repetitivos y, claro está, porque Bin Laden sigue sin aparecer, las páginas especializadas de los diarios influyentes recogen los análisis de prohombres de la economía y de las finanzas. Coinciden, no podía ser de otro modo, en las disertaciones que hizo el viernes Alan Greenspan.

Ningún analista niega ya que los acontecimientos terroristas del 11 de septiembre supusieron el empujón al vacío de la economía de Estados Unidos. Es decir, que ésta ya estaba asomada al precipicio desde marzo de 2001. El soplo de viento que se esperaba para decantar las cosas fue un huracán, dicen ahora los estudiosos, lo que procurará que la recesión sea más larga de lo previsto.

Por eso, los sentimientos del presidente de la Reserva Federal tuvieron el viernes ya un impacto negativo en las Bolsas de Estados Unidos, que son las que permanecían entonces abiertas, y sacudieron los mimbres débiles de las Bolsas europeas en los primeros compases operativos. En todo momento, el mercado español se comportó de manera similar al de sus homólogos europeos.

Esta correlación que se dio durante gran parte del día fue interpretada por los más optimistas como el desapego, porque dicen que ya está cotizado, de la Bolsa española respecto a la situación argentina. Los mejores analistas no lo consideran así. Coinciden en que nuestro mercado es el más débil, el de menor fuerza relativa, en la coyuntura actual.

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