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Tres dimisiones en la cúpula del BCP agravan la crisis del banco

Banco Comercial Portugués, el mayor banco cotizado de Portugal, seguirá con la misma política de inversiones en el extranjero, a pesar de las tres dimisiones que ha sufrido su consejo de administración en la última semana. Por si estas dimisiones no fueran poco, el banco tuvo que reconocer el pasado miércoles que los beneficios relativos al ejercicio 2001 iban a ser menores de lo previsto. El BCP es uno de los principales aliados del Banco Sabadell, del que además es accionista.

El presidente de la entidad financiera, Jorge Jardim Gonçalves, se mostró ayer optimista, a pesar de todo. "Estamos muy satisfechos con las inversiones que hemos realizado en el extranjero", aseguró.

El pasado 8 de agosto, el consejo del banco se redujo hasta nueve miembros después de las dimisiones de Pedro Libano, Miguel Cardilhe y Rui Barata. Un mes antes, el representante de la aseguradora Eureko también había abandonado su puesto. Según el comunicado, la entidad no cubrirá las plazas vacantes, ya que considera que "la experiencia ha mostrado que esta composición es la idónea para una entidad del tamaño y el perfil del BCP.

Peores han sido las noticias de los menores beneficios, que descenderán 29,7 millones de euros (4.941 millones de pesetas). Esta revisión se ha producido, según la entidad, por la menor contribución de las compañías participadas, en especial la de Eureko, la aseguradora paneuropea. Durante 2000, el BCP comenzó una serie de compras que lo convirtieron, si bien temporalmente, en el mayor banco del país. La entidad despidió entonces a 1.300 personas y cerró 270 sucursales.

El BCP es uno de los principales accionistas del español Banco Sabadell, en el que participa desde el pasado 9 de marzo con un 10% del banco catalán. La entidad española posee, a su vez, un 5,3% en el mayor banco privado de Portugal. Además, ambas entidades han lanzado Activobank, en el que el BCP controla el 30%, por un 45% del Sabadell.

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