Bruselas liberalizará las rebajas en los comercios de toda la Unión
Ventas a pérdida, descuentos durante todo el año (antes o después de los periodos de rebajas), promociones sin límites en el valor de los regalos, etcétera. La CE quiere revolucionar el sector comercial europeo con un proyecto de reglamento que elimine las durísimas restricciones que aún padecen las campañas de promoción en Europa. El texto, que debe recibir el visto bueno de los Estados miembros y del Parlamento, despierta serias suspicacias.
AFrits Bolkestein le gustaría que las rebajas de este año fueran las últimas en su formato tradicional. Y no porque el comisario europeo de Mercado Interior se oponga a los descuentos, sino todo lo contrario. Su departamento considera que la legislación actual sobre promoción de ventas limita la capacidad de las empresas para gestionar de modo eficiente sus stocks de mercancía y les impide decidir el momento más oportuno del año para lanzar una campaña destinada a intensificar el ritmo de ventas o reaccionar ante un declive de la demanda.
La Comisión desea acabar, por ejemplo, con la prohibición, vigente en muchos Estados, de ofrecer descuentos durante los días previos a las rebajas de cada temporada.
"Esa prohibición aumenta el riesgo de que se inflen los precios antes de las rebajas e incita a prácticas anticompetitivas entre los grandes distribuidores", afirma la Comisión en el proyecto de reglamento que ha presentado para sustituir las legislaciones nacionales sobre promociones comerciales. Y no es la única limitación con la que se propone acabar.
Bruselas quiere autorizar en toda la UE la venta a pérdidas (siempre que sea por debajo del precio total de un producto y no de su coste de producción), los descuentos ilimitados, los concursos promocionales sin límite en el número de participaciones por parte del consumidor, la entrega de regalos por la adquisición de un producto, etcétera. La Comisión quiere conseguir esta liberalización por medio de un reglamento, cuya entrada en vigor, una vez aprobado, es inmediata en todos los Estados miembros, sin plazos de transición como ocurre con las directivas.
Pero el texto, que debe recibir el visto bueno de los Estados y del Parlamento Europeo, no ha despertado, de momento, demasiado entusiasmo. El pasado martes, en la primera deliberación de los expertos de los 15 Gobiernos nacionales, sólo Reino Unido, Holanda y, en menor media Portugal, prestaron un apoyo claro al reglamento, según fuentes próximas al Consejo.
La Oficina Europea de Organizaciones de Consumidores ya ha criticado también la propuesta de Bolkestein, a la que acusa de cercenar la capacidad de las autoridades nacionales para introducir restricciones en las campañas de promoción o para negarse a tolerar en su territorio futuros modelos de promoción que considere inadecuados. "Respetamos el derecho de un Estado miembro a no legislar", ha afirmado la Oficina, "pero impedir que otros lo hagan es ir un poco lejos".
Para el departamento de Bolkestein, sin embargo, la mayoría de las legislaciones nacionales se han quedado obsoletas. El diseño, organización y ejecución de campañas de venta ocupa ya, según Bruselas, a más de un millón de personas en la UE, y la inversión computada en sólo nueve Estados superó en 2000 los 40.000 millones de euros.
C&A padece las restricciones en Alemania
C&A, la multinacional del sector de moda con sede en la ciudad belga de Bruselas, ha saboreado estas mismas Navidades algunas de las restricciones comerciales que imperan aún en Europa.
El descuento del 20% que ofreció partir del 1 de enero en sus tiendas de Alemania a los clientes que hiciesen sus compras y que las abonasen con tarjeta bancaria (para agilizar las previsibles colas tras la introducción de la moneda única en toda Europa) se topó, según la prensa local, con una orden judicial prohibiendo inmediatamente la oferta lanzada por la multinacional.
De nada sirvió a la multinacional extender el descuento a los clientes que abonasen directamente en metálico. Las quejas de los competidores se repitieron y los tribunales alemanes impidieron de nuevo, de modo expeditivo, la promoción.
Alemania mantiene serias restricciones en las campañas de promoción y en los horarios de apertura al público, aunque está lejos de ser el único país con esa situación.