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INTERNACIONAL

La calificación financiera de México depende del éxito de la reforma fiscal

Las agencias de calificación Standard & Poor's y Fitch supeditarán elevar el rating de México al "grado de inversión" al éxito de la reforma fiscal, aprobada in extremis por el Congreso.

La concesión de esa calificación abrirá las puertas a la entrada de inversores extranjeros que sólo pueden colocar sus fondos en bonos con alta calificación, cuando así lo ratifican al menos dos agencias. Estos ingresos supondrían una ayuda inestimable para el Gobierno del Fox en un contexto marcado por la caída de los ingresos fiscales derivados de la venta de petróleo y el contagio de la crisis estadounidense, destino del 85% de las exportaciones mexicanas.

S&P y Fitch mantienen para México una calificación de BB+ y en ambos casos con una perspectiva positiva. El siguiente paso sería el grado de inversión, lo que significaría que las agencias descartan la posibilidad de suspensión de pagos. Hasta el momento, Moody's es la única agencia de rating que ha otorgado el grado de inversión, con una calificación de Baa3, el más bajo en su escala de inversión.

La valoración positiva de las agencias es también una señal de confianza para los inversores locales. El Tesoro planea emitir deuda para el mercado interno por valor de 217.000 millones de pesos (26.691 millones de euros).

El Gobierno ha conseguido sacar adelante una reforma fiscal, reclamada por todos los expertos, que permitirá aumentar la recaudación tributaria en dos puntos porcentuales del PIB, según señaló Fox. El Partido de Acción Nacional (PAN), la formación gubernamental, no cuenta con mayoría, lo que le ha obligado a una ardua negociación que ha rebajado más del 40% el aumento de ingresos fiscales previsto por el Ejecutivo.

El aumento previsto de la recaudación será ahora de 68.800 millones de pesos (8.400 millones de euros), frente a los 118.000 millones de pesos (14.515 millones de euros) proyectados por la Administración Fox. La clave de la reducción está en el fracaso de la aplicación del 15% de IVA para alimentos y medicinas. La oposición ha rechazado de plano la propuesta. A cambio, se ha aprobado una polémica subida media del 20% en los impuestos a artículos de lujo.

Por otra parte, el Ejecutivo ha rebajado su previsión del precio del barril de crudo de 17 dólares a 15,5, lo que acarreará una pérdida de ingresos de 20.000 millones de pesos (2.460 millones de euros). El Gobierno tendrá que contemporizar esas caídas de ingresos con la atención a las demandas sociales y con una disciplina fiscal que prevé mantener el déficit presupuestario en el 0,65% del PIB.

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