Los Quince celebran hoy un Consejo extraordinario sobre patente europea
El Consejo de Ministros de Mercado Interior se reúne hoy con la intención de desbloquear la directiva que creará la futura patente europea, que se encuentra en vía muerta. La oposición proviene sobre todo de España, que no acepta que el sistema sólo contemple inglés, francés y alemán como lenguas de trabajo.
El Consejo de Ministros de Mercado Interior de la UE se volverá a reunir hoy, de forma extraordinaria, para tratar de desbloquear la directiva sobre patente europea. La celebración de la reunión se acordó durante el pasado Consejo Europeo, celebrado los pasados días 14 y 15 de diciembre en la localidad belga de Laeken. El mandato del Consejo entonces fue claro. Tratar que la patente se apruebe antes de que acabe el año.
España ha mantenido su bloqueo al acuerdo sobre inscripción de patentes porque no admite que deban inscribirse en alemán, inglés o francés, discriminando al resto de las lenguas, y exige que se haga en un solo idioma (inglés) o en todos los oficiales de la Unión Europea. Así lo manifestó la delegación española durante la celebración del último Consejo de Ministros de Mercado Interior el pasado mes de noviembre.
El secretario de Estado para Relaciones con la Unión Europea, Ramón de Miguel, aseguraba entonces que "el mantenimiento de las traducciones es la garantía del español como lengua tecnológica".
Según fuentes diplomáticas españolas, tampoco en esta ocasión son muchas las posibilidades de acuerdo. Opinan que si se trata de ahorrar costes (es uno de los argumentos esgrimidos por quienes prefieran el sistema de utilizar sólo tres idiomas), lo mejor es que se proponga una sola lengua, el inglés.
Ahorro de costes
La propuesta de la Comisión Europea, presentada en julio de 2000, pretende que las patentes emitidas por la Oficina Europea de Patentes de Múnich (organismo que no pertenece a la UE) tengan validez en todo el territorio comunitario. La propuesta contempla que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea será la última instancia encargada de resolver los posibles casos de conflicto.
La intención última de la propuesta es abaratar los costes de gestión y los múltiples papeleos que realizan las empresas a la hora de proteger sus invenciones.
Pero si todos los países están de acuerdo en los beneficios de disponer de una patente europea que abarate costes (ahora la tramitación de las patentes en Europa es más cara que en Japón o en EE UU), no todos aceptan renunciar a su lengua para contribuir a ese abaratamiento. La última propuesta de consenso, aportada por Bélgica, fue traducir el resumen de cada patente a todas las lenguas comunitarias.
Los problemas de la traducción a otros idiomas
Con la creación de una patente comunitaria, la UE tiene la intención de ofrecer a las empresas europeas la posibilidad de obtener protección para sus inventos de una manera más rápida y más barata. En la actualidad, cada Estado miembro concede su propia patente y si una empresa desea obtener protección en más de un país, puede acudir a la Oficina de Patentes Europea, organismo no comunitario, que funciona mediante una convención por la cual se obtiene convalidación en más países. Pero eso sí, se requiere una traducción a la lengua oficial de ese Estado.
La CE trata de reducir al máximo los costes de expedición. Como ejemplo, el coste de traducción de una patente expedida en una de las lenguas oficiales reconocidas por la Oficina de Múnich (inglés, francés o alemán) es de 2.694 euros (45.000 pesetas). Mientras la expedición en ocho idiomas de una patente cuyo título ocupe 20 páginas cuesta 29.800 euros (cinco millones de pesetas), de los cuales el 39% se destina a los costes de traducción. De esas páginas, 15 describen la invención (la traducción cuesta unos 76 euros por folio, unas 12.650 pesetas), tres las reivindicaciones (la traducción cuesta 122 euros por página, 20.300 pesetas) y dos resumen el título (76 euros por página, 12.650 pesetas).