Enron solicita autorización al juez para vender su negocio de intermediación en la Red
Enron intenta poner su casa en orden. La empresa va a solicitar al juez Arthur J. González, encargado de la suspensión de pagos, solicitada el pasado 2 de diciembre, que le permita vender en subasta un porcentaje de control de su negocio de intermediación de energía en la red. El tiempo apremia. Esta división, la más rentable de la empresa, pierde clientes a diario y Enron quiere venderla antes de que sea demasiado tarde.
Enron quiere salvar la joya de su corona, el negocio de intermediación en Internet, y necesita hacerlo rápidamente. La confianza de sus clientes se ha venido abajo desde antes de que la empresa energética, presidida por Keneth Lay, presentara el 2 de diciembre la suspensión de pagos y están acudiendo a su competencia. Esta empresa funciona como intermediaria en la compraventa de petróleo y derivados, gas natural, electricidad, carbón e incluso metales y productos forestales.
Antes de que el negocio de este área, que el año pasado fue el responsable del 90% de los beneficios, se venga abajo con el resto de la empresa, Lay quiere vender un porcentaje de control y quedarse con otro mayoritario pero ya no como Enron sino como Netco, una empresa conjunta formada con los bancos que están acudiendo a su rescate y en la que la empresa energética tendría un porcentaje mayoritario.
El objetivo es asegurar una fuente de entrada de los recursos que tanto necesita para pagar una deuda calculada en 40.000 millones de dólares (7,4 billones de pesetas, 43.888 millones de euros). Enron puede esperar más para vender el resto de sus activos pero por "la naturaleza específica de éste en particular" ha pedido al juez González que permita que se abra un periodo de solicitud de ofertas el 18 de diciembre para vender el negocio 11 de enero al mayor postor.
Empresas interesadas
Según el abogado de Enron hay hasta 14 empresas e instituciones financieras interesadas. Los bancos acreedores de Enron, Citigroup y UBS Warburg son dos de ellos y tienen muy avanzadas sus propuestas de compra. También el JP Morgan estudia esta posibilidad. Para ellos, no se trata súnicamente de insuflar confianza en un negocio sino también de sacar beneficio de los contrato cerrados y asegurar el pago de la deuda.
La decisión del juez sobre este punto está en la agenda de Enron al igual que lo están una cascada de comparecencias ante distintos comités del Congreso y el Senado de Estados Unidos que quieren conocer los detalles de la sorprendente caída de una de las mayores empresas del país. Sin embargo el abogado de Lay, Robert Bennet, ya ha dicho que su cliente no acudirá mañana al Senado, donde tiene cita con el Comité de Comercio. Según este abogado, el presidente de Enron acudirá a este comité "en el futuro, pero no el martes".
Pese al plante, Bennet aseguró que el máximo ejecutivo de Enron y amigo personal del presidente de EU UU, George Bush, "está colaborando con el comité" si bien no especificó cómo.
Lay ya faltó el miércoles de la semana pasada a otra cita en el Congreso aduciendo que su prioridad eran las reuniones con los acreedores para tratar de dar soluciones a la compañía. A esta comparecencia en la Cámara Baja si asistió para testificar Joe Berardino, el presidente de Andersen, auditores de las cuentas de Enron. Berardino señaló que la empresa de Lay ocultó información crucial a sus auditores.
Independientemente de lo que ocurra con Enron, su suspensión de pagos, la mayor en la historia de EE UU ha puesto en el punto de mira a una buena parte de las empresas de energía de un país en el que la mitad de los estados tienen desregulados sus mercados y la otra mitad no.
Después de una semana de continuadas caídas en las Bolsas de las empresas del sector, el viernes Moody's rebajó la calificación de la deuda de Calpine al nivel más bajo posible. La empresa que este fin de semana ha estado considerando un plan para refinanciar su deuda, está "en una situación distinta a Enron" se matizó desde Moody's.
Dynegy, quien intentó comprar Enron, también ha visto rebajada la calificación de su deuda y NRG está bajo estudio. Uno de los aspectos más negativos es que las empresas tendrán más dificultades para lograr financiación para llevar adelante proyectos como la construcción de nuevas plantas de energía, algo que apenas hace meses, durante la crisis eléctrica de California fue considerado una prioridad nacional.