El Gobierno chino alerta del ajuste económico por la entrada en la OMC
El primer ministro chino, Zhu Rongji, advirtió ayer en Pekín de las consecuencias que pueden tener las reformas que China ha de afrontar como consecuencia de su entrada en la Organización Mundial del Comercio (OMC). Después de 15 años de arduas negociaciones, el gigante asiático entra formalmente hoy a ser miembro de la organización. A cambio tendrá que hacer frente a numerosas reformas legislativas y progresivas reducciones de aranceles que repercutirán en los ciudadanos.
"La entrada en la OMC es una elección necesaria para promover el desarrollo continuado y sano de la economía", dijo Zhu ante los altos funcionarios gubernamentales. "Debemos darnos cuenta de que algunas industrias, empresas y productos sufrirán inevitablemente a corto plazo. Que los beneficios superen las desventajas depende de nosotros", afirmó el primer ministro.
La mayor apertura de las fronteras de un goloso mercado como es el chino, con 1.300 millones de consumidores, hace prever que la entrada de empresas extranjeras y el consiguiente aumento de la competitividad terminará por quebrar muchas empresas chinas. La entrada en la OMC se produce además en un momento en el que la desaceleración económica mundial ha mermado sus exportaciones, que pesan un 23,1% en el PIB. China es el séptimo país exportador del mundo. No obstante, el Banco Asiático de Desarrollo espera un crecimiento del 7,3% para este año, mientras que el próximo se desacelerará hasta el 7%.
La apertura de las fronteras prometida por China tiene hoy su ejemplo más representativo en la banca. El Banco Popular Chino autorizó ayer a los bancos extranjeros a ofrecer servicios en moneda extranjera. Las entidades financieras ubicadas en Shanghai, Shenzhen, Tianjin y Dalian podrán además operar en moneda local (el yuan).
Uno de los sectores en los que más se va a notar la reducción de los aranceles es en el agropecuario, cuyo arancel medio se verá reducido al 15%, permitiendo los tipos más elevados de la horquilla (65%) a los productos sensibles como los cereales. En los productos industriales, cuyo arancel medio se quedará en el 8,9%, las tasas más altas se permitirán para los automóviles y las películas fotográficas. Otro sector sensible para los chinos es el de seguros. Según el acuerdo, los aseguradores extranjeros que operen en ramas distintas al seguro de vida pueden establecer filiales con un máximo del 51% de capital extranjero (en dos años del 100%), mientras que para los de seguros de vida el límite se fija en el 50%.