La cartera de renta variable de la banca sólo crece un 6% hasta septiembre
Bancos y cajas han perdido este año su apetito por la renta variable de carácter especulativo. Han mantenido, no obstante, su apuesta por las participaciones estables. El miedo a la Bolsa y la pérdida de valor de las empresas participadas ha desinflado el aumento de la cartera total de acciones y participaciones, que ha crecido en nueve meses un 6%, 650.000 millones de pesetas (3.906 millones de euros), frente al 58% de incremento en 2000 (cuatro billones de pesetas).
Al finalizar septiembre, la cartera de acciones y otros títulos de renta variable no estratégica (cartera de trading o especulativa) y la de participaciones estables en empresas del conjunto del sector, bancos y cajas de ahorros, ascendía a 11,510 billones de pesetas (69.176 millones de euros), 650.000 millones de pesetas (3.906 millones de euros) más que en diciembre de 2000. Esta cifra representa un crecimiento en términos relativos del 5,9%.
De estos 650.000 millones de pesetas de aumento, 317.000 millones corresponden a los bancos y 333.000 millones a las cajas de ahorros. Eso significa un crecimiento de la cartera global de los bancos del 3,9% en estos nueve meses, hasta 8,365 billones de pesetas (50.272 millones de euros), y del 11,8% en las cajas de ahorros, hasta 3,145 billones de pesetas (18.901 millones de euros).
Se trata de incrementos muy leves si se comparan con los ritmos de aumento de los años anteriores, aunque el hecho de que se mantenga la tendencia creciente, pese a la volatilidad de los mercados y el severo recorte de las plusvalías latentes, indica que las entidades han decidido no alterar significativamente su presencia en el capital de las compañías en las que participan.
Bancos y cajas vienen apostando por la creación de cartera industrial como medio para diversificar el negocio, estar presentes en sectores estratégicos y aumentar sus resultados vía dividendos.
Pero este año, el desplome de los títulos de muchas empresas participadas ha provocado una fuerte pérdida de valor de la cartera, lo que ha mermado considerablemente los ingresos que aportan a la banca dichas inversiones.
La cartera de renta variable no duradera de las cajas de ahorros, formada por las participaciones inferiores al 3% en empresas que cotizan y menores del 20% en las que no cotizan, apenas ha aumentado un 1% en estos nueve meses, de 1,015 billones de pesetas (6.100 millones de euros) a 1,026 billones de pesetas.
El crecimiento de la cartera total se debe, por tanto, casi en exclusiva a la toma de participaciones estables, cuyo volumen crece 297.000 millones de pesetas. Y es que algunas cajas, sobre todo las medianas, han aprovechado los bajos precios de la Bolsa a lo largo del año para tomar posiciones y aumentar sus participaciones estables con vocación de influencia.
No obstante, más de la mitad del aumento de estas participaciones, 180.000 millones de pesetas de los 297.000 millones invertidos hasta septiembre corresponde a La Caixa, entidad que ha ampliado este año por encima del 10% su participación en Repsol, compró otro 2% del Banco Itaú de Brasil y el 30% de Panrico.
No en vano, la presencia de La Caixa en empresas representa más del 54% del total del sector.
En términos relativos, sin embargo, no es la entidad catalana la que más ha ampliado su presencia en empresas con vocación de permanencia.
Porcentualmente, destacan mucho más los crecimientos de Kutxa, Bancaja o la Caja de Ahorros del Mediterráneo.