La inversión española en Marruecos cayó un 97% entre enero y junio
La inversión española en Marruecos cayó un 97,3% durante el primer semestre de este año al registrar sólo 140,1 millones de pesetas (842.000 euros), frente a los 5.141,3 millones de pesetas (30,9 millones de euros) en enero-junio de 2000. El presidente Aznar ordenó en abril paralizar momentáneamente las operaciones con Rabat por la no renovación del acuerdo de pesca.
El pasado 25 de abril, coincidiendo con la ruptura de negociaciones entre la UE y Marruecos para renovar el acuerdo de pesca, el presidente del Gobierno, José María Aznar, ordenaba oficiosamente a todos los ministerios "ralentizar al máximo" las operaciones económicas pendientes con el país norteafricano, y declaraba públicamente que gestos como la condonación de deuda o el desarrollo de las infraestructuras serían "difíciles de repetir".
Hoy, una vez conocidos los datos oficiales de inversiones españolas en el exterior durante el primer semestre, se observa cómo la entrada de capitales españoles en Marruecos registra una brutal caída, del 97,3%, precisamente en el periodo en cuyos dos últimos meses estuvo especialmente vigente la citada paralización, a la espera de "nuevas instrucciones".
Aunque este hecho no sea el exclusivo responsable del parón inversor, lo cierto es que en los seis primeros meses de este año las empresas españolas invirtieron en el Reino magrebí sólo 140,1 millones de pesetas (842.000 euros), cifra que contrasta vivamente con los 5.141,3 millones de pesetas (30,9 millones de euros) alcanzados entre enero y junio de 2000.
La constatación, por otra parte, de que la inmensa mayoría de las operaciones que desarrollan las empresas españolas en Marruecos se realiza a través del programa de conversión de la deuda marroquí y de créditos concesionales parece confirmar que, directa o indirectamente, la necesaria firmeza del Gobierno de Madrid en aquellos momentos frenó no sólo operaciones en marcha, sino también muchas iniciativas empresariales en ese país.
Unos proyectos que se habrán trasladado al segundo trimestre, una vez que Moncloa volvió a normalizar las relaciones económicas con Rabat y dado el interés de las empresas, que han agotado ya 6.500 millones de pesetas del nuevo programa de conversión de deuda, que entró en vigor en febrero, cifra equivalente al 90% del total de la deuda a convertir.
Comercio diseña un banco para el Mediterráneo
A pesar de los conflictos puntuales, el Gobierno español sigue apostando decididamente por Marruecos como socio comercial y destino prioritario de inversión, y cuyo desarrollo, junto al del resto de los países de ambos lados del Mediterráneo, será uno de los ejes básicos de la presidencia española de la UE el próximo semestre.
En esta línea, el secretario de Estado de Comercio y Turismo, Juan Costa, anunciaba el miércoles en el Congreso que España "está trabajando, en coordinación con nuestros socios comunitarios, en el diseño y la creación de un agente financiero especializado, que constituyera un banco multilateral para los países del Mediterráneo".
Los objetivos de esta nueva institución serían estimular la inversión privada, luchar contra la pobreza y apoyar al sector privado a través de la financiación de proyectos nacionales y regionales para reforzar la comunidad euromediterránea.