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LEALTAD, 1

Ahora es cuestión de paciencia

Como el santo Job. Es cuestión de paciencia, o de lo contrario, de impaciencia. No hay término medio en una Bolsa sedienta de plusvalías, porque no está satisfecha con los magníficos logros conseguidos en poco más de dos meses. Los analistas se muestran muy divididos. Alcistas y bajistas tratan de ganar la partida. Los hay, incluso, que ningunean a quienes osan llevarles la contraria.

Este es el caso del analista jefe de una entidad financiera. Lleva tres semanas despotricando en las ondas contra quienes osan llevarle la contraria. Tres semanas con el argumento de que los bajistas perderán la paciencia. "Quieren comprar a buen precio, porque están fuera del mercado, y por eso critican el alza", ha apuntado recientemente.

No es la primera vez que la parroquia bursátil escucha argumentos tan infantiles. Un inversor decide comprar o vender cuando tiene expectativas fundadas. Generalmente no suele actuar contra su creencia. Y la realidad ahora es que tanto éxito pueden tener quienes apuestan por el alza a corto plazo como quienes consideran lo contrario.

Hay, empero, una posición psicológica decisiva en la coyuntura actual. Se trata del grado de paciencia de quienes están en una u otra vía. Será, como siempre, la paciencia o la impaciencia la que determine el giro de los índices. Supongamos que la Bolsa renquea, ¿aguardarán mucho los alcistas para deshacer posiciones? Supongamos lo contrario, que la Bolsa se resiste a bajar y que, además, muestra volúmenes más cortos. ¿Esperarán los bajistas mucho más para entrar en la Bolsa?

Desde hace cuatro semanas se ha observado una fuerte resistencia al alza por encima del 8.500 de Ibex y, también, sólidos soportes a la hora de proyectar retrocesos. Sí ha subido, y ello inquieta, el nivel medio de volatilidad en operaciones intradía.

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