La recesión, el próximo escollo que tienen que sortear las Bolsas
Las cosas de la Bolsa, como otras tantas más, van por etapas por mucho que se empeñen los pregoneros de siempre. Una ojeada rápida al corto plazo resalta el estallido de la burbuja tecnológica; la corrosión de los márgenes empresariales y la caída del beneficio; la rapidez con la que han actuado los bancos centrales en materia de tipos de interés, muchos de ellos ya con tasas negativas, y la guerra tras los atentados terroristas del 11 de septiembre.
El caos y la confusión propiciados por los atentados en Estados Unidos aceleraron un proceso vendedor que ya estaba en marcha antes de éstos y condujeron los índices a mínimos del año, en concreto los que se apuntaron el viernes 21 de septiembre. A partir de ese día el giro alcista fue brusco, espectacular. Desde los mínimos, es decir, en poco más de dos meses, los principales índices bursátiles del mundo han ganado una media del 30%.
Hay observadores, siempre en esta ojeada rápida de los últimos acontecimientos, que recuerdan que los índices subieron menos en pleno éxtasis de los valores tecnológicos, desde enero a marzo de 2000. Ya entonces se advirtió de las consecuencias trágicas que llevan implícitas los excesos.
¿Que ha cambiado en los últimos meses? Sólo el sentimiento, que no es poco. Primero, porque los participantes en el mercado se han olvidado de unos fundamentos empresariales pésimos y se han dedicado a cotizar el final de la guerra, la pronta captura de Osama Bin Laden. El sentimiento patriótico en Estados Unidos es más acusado, y de ahí la mínima erosión de sus índices.
El segundo asunto es la propaganda lanzada desde algunos ángulos internacionales respecto a la gran recuperación económica que se avecina en Estados Unidos para el segundo semestre del año que viene. Antes, empero, se reconoce ya de manera oficial la entrada en recesión.
El asunto cala hondo ya en la zona euro y los analistas más fríos advierten a sus clientes que la recesión es el principal escollo que tendrán que sortear los mercados de acciones del mundo en los próximos meses. ¿Podrán aguantar los PER actuales el embate que viene?
Las OPA, un señuelo con éxito corto
Corren vientos de OPA y de operaciones especiales en la Bolsa española desde hace unos días. Desde los medios de comunicación hasta compañías de alimentación, pasando por alguna empresa que explota asuntos de telecomunicaciones.
No es la primera vez que en el mercado se produce una ofensiva especuladora a corto plazo con el señuelo de que los precios alcanzados por ésta o aquella sociedad son de saldo y que, por tanto, la hacen muy vulnerable a operaciones hostiles, no deseadas.
Los observadores acuden a los sabios, a las mejores fuentes informativas en busca de respuestas, de soluciones y, ante todo, de explicaciones a tanta agitación, porque las alzas son espectaculares en muchos casos. Véase el recorrido de Jazztel en la jornada del lunes.
Los sabios, algunos de ellos ocupados en el análisis de movimientos empresariales, sonríen y remiten a la estadística: las OPA y operaciones especiales son mínimas en tiempos de crisis, porque nadie quiere asumir riesgos, imponderables. Las grandes operaciones, comentan, siempre se producen cuando los mercados de acciones alcanzan una calentura máxima, en épocas alcistas.
O lo que es lo mismo, la mayor parte de los rumores que se propalan en los últimos días carece de fundamento.