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IBEX 35

Algunos analistas temen que la crisis bursátil se cierre de nuevo en falso

Son muy pocos y, además, sólo lo comentan en los cenáculos, en círculos muy restringidos. Son, eso sí, analistas avisados y con gran olfato, al menos hasta ahora. Un grupo muy selecto, que nunca sale en los medios de comunicación y que considera que la crisis de la Bolsa muy bien puede cerrarse en falso de nuevo, con lo que se auguraría un futuro complejo y poco prometedor.

Entienden que la guerra actual es la gran cortina de humo que ha impedido que la purga que necesitaban las Bolsas del mundo, y en ello estaban antes de los atentados, se haya consumado.

Plusvalías medias del 50% en valores de primera fila, conseguidas en menos de dos meses, explican dos cosas. Primero, que los mercados tienden a la sobrerreacción, tanto al alza como a la baja. Quizá los mínimos del 21 de septiembre fueron muy lejos. Segundo, que el mercado tiende con frecuencia a olvidarse de los males de fondos y a cotizar el más agresivo y especulativo corto plazo, encarnado ahora en la busca y captura del terrorista Osama Bin Laden.

Aunque la situación actual es histórica y, por ello, excepcional, hay episodios recientes de gran calado que han terminado con un movimiento similar. Son los casos de la gran crisis financiera internacional de 1998 y la que aún sigue de los valores tecnológicos.

Antes, como ahora, han sido los bancos centrales los grandes protagonistas, al inundar el mundo con miles de dólares y acosar al ahorro y a los gestores de renta fija a tomar posiciones en Bolsa con la rebaja de los tipos de interés.

Antes, como ahora, las crisis han sido profundas, pero poco duraderas y, también, con recuperaciones súbitas, enriquecimientos en un abrir y cerrar de ojos. Se constata, por tanto, que desde 1998 las crisis ofrecen tintes muy parecidos y que, hasta ahora, se han cerrado en falso. La actual, además, cuenta con márgenes de caída de tipos de interés muy reducidos.

Pero insistir en que las valoraciones son muy altas, excesivas, y que las Bolsas están condenadas a bajar no conduce a parte alguna, porque el mercado cotiza la propaganda de que Osama Bin Laden está a punto de caer.

 

Petróleo y tipos, las grandes armas

El presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, el omnipresente Alan Greenspan, lanzó el martes una perorata poco resaltada en los medios de comunicación, pero de gran trascendencia como se comprobó al día siguiente.

En una de sus múltiples conferencias señaló que la recuperación de la economía de Estados Unidos pasa por una caída de los precios del petróleo. Ese día el barril estaba a 21 dólares y la OPEP había anunciado una reunión el miércoles para animar a sus socios a un recorte drástico de la producción.

La sorpresa fue mayúscula al anunciar Rusia, no miembro del cartel, su decisión de mantener la producción. Y la OPEP se echó atrás con el consiguiente hundimiento de los precios del crudo, hasta llegar el futuro del brent a los 16 dólares.

Está claro que Rusia y Estados Unidos van de la mano y que el petróleo es una de las grandes y poderosas armas económicas.

Sucede lo mismo con los tipos de interés. A los bancos centrales les importa nada que en términos reales los tipos estén en negativos. Se trataba de apagar el fuego bajista de las Bolsas y para ello nada mejor que sacar de la trinchera a ahorradores y gestores de renta fija y obligarlos a entrar por el aro de la renta variable, aunque quizá sea ya muy tarde, porque las valoraciones son excesivas.

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