Sacyr descarta una fusión con otra constructora tras el 'no' de Dragados
Sacyr descarta nuevos intentos de fusión con constructoras. Quiere seguir creciendo en solitario, con especial énfasis en el sector de la construcción, el inmobiliario y las concesiones, y aparca como objetivo prioritario la salida a Bolsa. La séptima constructora del país explica la ruptura de las negociaciones de fusión con Dragados en el hecho de que ésta no cediera en sus exigencias sobre la ecuación de canje, el control de la gestión y de la estrategia del nuevo grupo.
El grupo Sacyr emprende una nueva etapa tras la sonada ruptura de sus negociaciones para fusionarse con Dragados, operación que hubiera creado la primera constructora española por ventas y beneficios. La empresa, que insiste en "que la operación hubiese sido muy positiva para ambos grupos dada su complementariedad", descarta abordar alguna operación alternativa si no es idónea para ambas partes, como lo era a priori la integración con Dragados.
Sacyr explica el fracaso de esa negociación en el hecho de que Dragados quisiera imponer su criterio en tres puntos clave, la ecuación de canje, la gestión de la empresa y la definición de la estrategia a través del consejo de administración. La empresa que preside José Manuel Loureda aceptaba la relación de valor propuesta por Dragados, tres a uno, que le daba el 25% de la nueva empresa mientras el Santander se quedaba con el 15%, Sacyr quería una representación en el consejo acorde con esos porcentajes, que aceptaba reducir a cambio de un papel relevante en la gestión. Fuentes de Sacyr resumen así la situación: "Si una parte quiere ganar por 10 a 0 en cada uno de esos temas claves, no se puede llegar a un acuerdo".
En el nuevo escenario que se abre ahora, Sacyr quiere profundizar su especialización en la construcción, que sigue siendo la única fuente de generación de recursos de grupo, e incluso está dispuesta a adquirir el negocio de alguno de sus competidores. La salida a Bolsa, otra de las consecuencias de la fusión con Dragados para los accionistas de Sacyr, no aparece entre sus objetivos prioritarios. El grupo recuerda que tiene una opción disponible, aunque no está entre sus planes para estar en el mercado; la fusión con la constructora portuguesa Somague, cotizada en Bolsa y en la que cuenta con una participación de control.
Somague absorbería a Sacyr para convertirse en un holding de control con un nuevo nombre y dos grandes participadas, Somague en Portugal y Sacyr en España. Más allá de la construcción, la estrategia de la empresa que preside José Manuel Loureda se centrará en el negocio de las concesiones de infraestructuras. También pondrá el acento en el negocio inmobiliario y en el desarrollo de otros negocios conexos con la construcción, como las áreas de servicios o la reciente constitución con AC Hoteles de una sociedad para gestionar un hotel.
Sacyr prevé cerrar 2001 con ventas de 250.000 millones (1.502 millones de euros), de los que la mitad se genera en el exterior. El beneficio superará los 15.000 millones (90,15 millones de euros) de 2000.