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Sos estudia si la absorción de Koipe le haría perder ventajas fiscales

El grupo Sos Cuétara sopesa en la actualidad la idoneidad de llevar a cabo su integración con Koipe una vez que tenga el control de la empresa. Según fuentes del mercado, a pesar de que inicialmente las intenciones de la empresa dirigida por Jesús Salazar eran conformar un gran grupo alimentario con la unión de ambas compañías, ahora se ha decidido analizar más en profundidad la operación básicamente por motivos fiscales.

Los medios citados califican, por tanto, de extraordinariamente prematuras las informaciones que ya se empiezan a manejar en el mercado sobre las hipotéticas relaciones de canje que se establecerían para basar esa eventual fusión.

Las razones fiscales que se alegan como determinantes para reconsiderar ahora la unión tienen mucho que ver con el especial sistema fiscal vasco. Un sistema que, en comparación con el aplicable a Sos Cuétara -con sede en Madrid-, favorece enormemente las obligaciones tributarias de Koipe, con sede social en San Sebastián.

Sos Cuétara no quiere perder el mejor trato fiscal que disfruta la aceitera en lo que se refiere a tributación de plusvalías y beneficios, que lo hacen al 32,5% frente al 35% del resto de España.

Por tanto, los representantes de Sos Cuétara se sentarán en el consejo de Koipe una vez cerrada la OPA, si no antes, y desde allí tomarán las riendas de la compañía para llevar a cabo una integración funcional y comercial, que haga aflorar todas las sinergias existentes, y aplicar además un plan de recorte de costes. Las fuentes consultadas dan por hecho que Jesús Salazar será el nuevo presidente de Koipe.

Antes, el próximo movimiento en el seno del consejo de Koipe debe ser la declaración formal de aceptación de la OPA. Fuentes de Sos Cuétara declinaron hacer comentario alguno sobre la relación futura entre las dos empresas, asegurando que el hecho de que la CNMV no haya aprobado aún el folleto explicativo de la OPA les obliga a guardar silencio.

De acuerdo con los analistas del sector consultados, Sos Cuétara está centrada, además de en cerrar la adquisición con éxito, en preparar el futuro programa industrial de la compañía.

En la opinión de estos expertos, el plan debe pasar necesariamente por reforzar la vertiente exportadora de la compañía y acentuar su línea de generación de recursos.

Los analistas estiman que Koipe tiene una altísima capacidad para aumentar su generación de cash-flow. Y creen que no aprovecha toda la potencialidad de sus marcas, que le permitirían poder hacer frente a las redes de distribución que las empresas italianas tienen en EE UU.

Hasta tal punto consideran que Sos Cuétara potenciará la línea de generación de recursos en la aceitera, que estiman que los nuevos propietarios no deberían necesitar de forma inmediata la elevada liquidez que posee Koipe (cerca de 24.000 millones de pesetas).

Gestión profesional

Por otro lado, el peso accionarial reforzado que Sos Cuétara logrará en el accionariado le permitirá aplicar una gestión alejada del debate político que tradicionalmente ha presidido todo lo relacionado con el aceite de oliva en España.

Hay cierto consenso en admitir que, a la vista del perfil de los actuales propietarios de Sos Cuétara, no es lógico pensar que la operación se haya construido sobre la base de un acuerdo político entre la empresa y las cajas andaluzas accionistas.

 

Una operación alejada

de la política

Sos Cuétara pretende evitar cualquier tipo de interferencia política en el diseño del plan industrial de Koipe a sabiendas de que el tema del aceite de oliva, segmento en el que el grupo es líder mundial, es de un interés extremo en la comunidad andaluza.

Prueba de la temperatura política que despierta la operación han sido las recientes declaraciones de Paulino Plata, consejero de Agricultura de la Junta de Andalucía, asegurando que las cajas de ahorros de la región serán el segundo accionista de la compañía por detrás de Sos Cuétara. Las cajas controlan en la actualidad el 18% y han declarado estar dispuestas a comprar hasta el 24%.

El papel dominante lo tendrá sin duda Sos Cuétara, que al menos tiene asegurado el 51% merced al acuerdo irrevocable de venta que firmó con Montedison.

Los expertos bursátiles estiman que el grupo Sos Cuétara conseguirá una cantidad netamente superior a este porcentaje con su oferta, a pesar de que prevén que el otro grupo accionista significativo, el grupo cooperativo azucarero Acor, no venderá su participación. "Le interesa sentarse en el consejo y mantener buenas relaciones con los gestores de Sos Cuétara, un importantísimo consumidor de azúcar en España", entienden los expertos.

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