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La gran banca pone en revisión los objetivos de este año y de 2002

La incertidumbre económica ha provocado que la gran banca opte por revisar sus objetivos y presupuestos para el cierre de año y 2002. Los resultados del tercer trimestre ya demuestran un cambio de tendencia más prudente. El ritmo de captación del negocio también se ha ralentizado.

La incertidumbre económica ha provocado que los grandes grupos bancarios olviden en un cajón gran parte de sus objetivos para 2001 y 2002. A falta de conocer los resultados del BBVA (los presenta hoy), el resto de la gran banca (Santander Central Hispano, La Caixa, Popular y Caja Madrid) ha optado por presentar a septiembre unas cuentas de resultados conservadoras, con crecimientos del beneficio por debajo de trimestres anteriores. El negocio también ha comenzado a notar la ralentización de la economía, con significativos recortes en los aumentos del crédito y de los depósitos.

Pero es en sus objetivos para el cierre del año donde han decidido apretarse el cinturón como medida preventiva ante un año, 2002, que se presenta poco halagüeño, según han reconocido altos directivos de estas entidades.

De momento, los resultados del tercer trimestre del Santander Central Hispano, La Caixa y Caja Madrid presentan crecimientos inferiores a los registrados en meses anteriores. Así, el beneficio atribuido del Santander hasta septiembre creció un 21,4%, al alcanzar los 331.573 millones de pesetas, frente a aumentos del 33,63% de junio y del 38,3% del primer trimestre. La Caixa también frenó su ritmo de aumento de beneficios al ganar 116.721 millones, el 12,5% más, frente a subidas del 14,9% y del 13,5% del primer trimestre y primer semestre, respectivamente.

Lo mismo le ha sucedido a Caja Madrid, que por primera vez en varios trimestres ha rebajado el crecimiento de sus resultados por debajo del 15%, al cerrar los nueve primeros meses con un crecimiento del 12,2%, el mismo con el que espera acabar el año. El único que mejora su resultado es el Popular: el 16% más. Pero reconoce que no podrá crecer a este ritmo en 2002 ni mantener aumentos del balance del 20%.

La incógnita, despejada hoy, es el BBVA. Antes de que el Santander anunciase rebajar sus previsiones de resultados en otros 40.000 millones (en enero los había rebajado en 25.000 millones) para situar su crecimiento en un 15,8%, frente al 27% inicial, los analistas apostaban porque el banco que presiden Emilio Ybarra y Francisco González mantendría sus previsiones de beneficios para 2001, aunque los revisaría para 2002, lo mismo que el Santander.

Pero la decisión del banco que preside Emilio Botín ha provocado un cambio de opinión. Fuentes financieras señalan que el Banco de España prefiere acciones coordinadas en la gran banca a la hora de ajustar resultados y presentar resultados.

Donde no hay dudas ni por parte de analistas ni de las entidades es que 2002 será "un ejercicio difícil". Los analistas van más lejos al asegurar que serán el Santander y el BBVA los que tienen que apretarse más el cinturón, dada su mayor exposición en Latinoamérica y, sobre todo, en Argentina.

En el mercado doméstico, las expectativas son algo mejores. Pero las perspectivas económicas, con un menor crecimiento del PIB y un repunte del paro, han desembocado en que las entidades presenten una cuenta más conservadora, "hay que guardar para tiempos peores", señala un alto directivo.

Un síntoma claro se detecta en el cambio de política de las dos grandes cajas y el Popular, únicos que seguían apostando por la apertura de oficinas. Los tres han decidido frenar su expansión e, incluso, varios directivos reconocen que están dispuestos a cerrar oficinas no rentables. El ajuste de costes, mayor cobro de comisiones y del control del riesgo se han convertido en recetas para 2002.

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