Israel cede a las demandas de EE UU y se retira de una de las aldeas palestinas
Un día después de que el ejército israelí acometiera el mayor ataque contra los palestinos, las tropas abandonaron la aldea de Beit Rima, dejando tras de sí un rastro de sangre y destrucción.
La retirada es el primer paso que el Gobierno de Ariel Sharon da conforme a las peticiones de EE UU, que le instaron a abandonar las seis ciudades palestinas invadidas tras el asesinato del ministro de Turismo, Rehavam Zeevi, el pasado día 17.
Sharon, presionado por el Gobierno de George Bush, convocó ayer una reunión de alto nivel para decidir la retirada de las otras zonas invadidas bajo gobierno palestino. El ministro israelí de Exteriores, Simon Peres, declaró a su regreso de Washington que confiaba en que las tropas se retirarían de las áreas palestinas en cuestión de días.
"[Los estadounidenses] nos pidieron contener las pasiones y reducir las tensiones", dijo Peres, que se entrevistó con el secretario de Estado, Colin Powell, y el presidente de EE UU, George Bush.
A pesar de las buenas intenciones que Peres quiso mostrar, los ataques continuaron y cuatro palestinos más perdieron ayer la vida en Belén, uno de ellos un miembro de la Fuerza 17 del presidente palestino, Yasir Arafat.
La Autoridad Palestina declaró el día de ayer de luto por los asesinados en la "masacre", como ellos mismos la calificaron, de Beit Rima.
El ministro palestino de Información, Yasir Abed Rabbo, acusó a Sharon de seguir "una política de masacres contra el pueblo palestino", y avisó de que estaban dispuestos a denunciarlo ante un tribunal. "Entablaremos... una demanda contra Sharon ante un tribunal internacional", declaró. El Comité en pro de los Mártires de Beit Rima, integrado por abogados palestinos, instó a sus colegas de los países árabes y de la comunidad internacional a sumarse a la iniciativa.
Además de Sharon, su intención es denunciar al ministro de Defensa, Benjamin Ben Eliezer, y de los comandantes y generales del ejército de ese país, a quienes acusa de cometer "crímenes de guerra".