Putin y los países del APEC apoyan la lucha de Bush contra el terrorismo
Aunque con un tono más moderado que el que hubiera deseado el presidente de Estados Unidos, George Bush, los líderes del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico apoyaron ayer la lucha antiterrorista desencadenada por Estados Unidos. En la primera gran reunión internacional en Shanghai tras los atentados del 11 de septiembre, Bush y el presidente ruso, Vladimir Putin, discutieron sobre una importante reducción de sus arsenales nucleares.
Los líderes del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), zona que suma el 57% del comercio mundial, mostraron ayer su apoyo a la lucha de George Bush contra el terrorismo y también al combate contra el proteccionismo económico. Así, se anunció una ronda de negociaciones urgente de la Organización Mundial del Comercio (OMC) en Doha (Qatar) entre el 9 al 13 de noviembre "dada la actual desaceleración económica", según el presidente de China, Jiang Zemin.
A falta medidas concretas, los líderes asiáticos se comprometieron a poner en práctica políticas generales para favorecer la recuperación económica "que también proporcionen una base sólida para el crecimiento sostenido", reiteró Zemin. Los 20 líderes de este foro, en el que no participó Taiwán, calificaron los actos terroristas como "un desafío directo" a la opción de APEC por una economía próspera, abierta y libre.
La muestra frívola de la reunión, mientras Kabul era bombardeado, fue la espectacular exhibición de fuegos artificiales en el río de Shanghai, que el Gobierno de China ofreció a los participantes de una de las cumbres más opacas de la historia. La muestra, diseñada por un artista chino, fue organizada por una empresa de Nueva York y costó un millón de dólares (184.000 millones de pesetas).
Zemín leyó la condena a los ataques del 11 de septiembre y expresó el compromiso de "prevenir y suprimir todo acto terroristas cometido por quien sea, donde sea y contra quien sea, como una amenaza profunda a la paz, la prosperidad y la seguridad de todos los países y todas las creencias religiosas".
Las diferencias políticas quedaron patentes, en cambio, en las reuniones bilaterales, como la oposición de Malasia e Indonesia a los bombardeos; la insistencia rusa y china de que los ataques se sustituyan por una solución política y de que la ONU tenga un mayor papel o la petición a Japón para que extradite al ex presidente peruano Alberto Fujimori.
Consciente de que el pronunciamiento político de la cumbre no tiene precedentes desde la creación del Foro en 1989 y tras lograr el propósito que le llevó a Shanghai, Bush destacó que EE UU desempeñará su papel en recuperar la economía manteniendo abierto el mercado para ayudar a las exportadoras economías asiáticas, que, dijo, deben poner su casa en orden, restablecer la confianza del consumidor e incentivar la inversión.
Acuerdo
En el Acuerdo de Shanghai, donde no se respalda los ataques a Afganistán ni se menciona a Osama Bin Laden, los líderes reconocen la necesidad de adaptar APEC a la nueva situación económico y establecen directrices para avanzar en la puesta en práctica de los objetivos establecidos en la Declaración de Bogor (Indonesia) en 1984, para conseguir la liberalización del comercio y las inversiones en 2010 para los miembros más desarrollados y en 2020 para el esto.
En el transcurso de la cumbre Bush mantuvo una reunión con el presidente ruso, Vladimir Putin, al que dedicó grandes elogios. El presidente estadounidense aseguró que la decisión rusa de suspender maniobras militares que tenía en marcha, demostraban la transformación de las relaciones entre los viejos rivales.
Putin calificó como "medidas adecuadas" las operaciones militares en Afganistán, algo que agradeció Bush en una cumbre a la que asistían países con mayoría musulmana. Ambos avanzaron que están haciendo progresos en sus conversaciones sobre la reducción de sus arsenales nucleares.