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GUERRA AL TERRORISMO

El asesinato del ministro israelí de Turismo acaba con el alto el fuego

El frágil alto el fuego acordado entre palestinos e israelíes se desvaneció por completo ayer con el asesinato del ministro de Turismo de Israel, Rehavam Zeevi, que fue reivindicado por el Frente Popular para la Liberación de Palestina. Los árabes se enfrentan ahora a las represalias de este país, cuyo primer ministro, Ariel Sharon, ya ha avisado que el atentado "ha cambiado todo".

El Gabinete de Seguridad de Israel procedió a una reunión de emergencia al conocerse el asesinato del ultraderechista Zeevi y aprobó una serie de medidas que aunque no fueron desveladas en su totalidad, auguran una dura represalia contra los palestinos. En principio, se acordó volver a imponer el bloqueo militar a la ciudad de Ramala, castigo que había sido levantado 48 horas antes, pero se esperaban respuestas más violentas.

El temor a acciones militares se extendió por los territorios palestinos y todas las jefaturas de los diversos organismos de seguridad de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) fueron evacuadas en previsión de que se produjeran bombardeos por parte del ejército israelí.

Previamente, el ministro de Turismo era asesinado de dos tiros en frente del hotel en el que se alojaba en Jerusalén. El Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP) se responsabilizó del atentado, que justificó como una venganza al asesinato de su líder, Abú Alí Mustafá, en un ataque de helicópteros israelíes hace dos meses.

Horas después del asesina-to, un atentado suicida dejó al menos dos soldados israelíes heridos en Gaza. El autor del ataque, que luego también se atribuyó el FPLP, murió al ha-cer estallar una bomba cerca de un vehículo militar que transitaba por los alrededores del poblado de Kibbutz Nahal Oz, en el lado israelí de la frontera con la franja de Gaza.

Sharon culpabilizó al líder de la ANP, Yasir Arafat, de la muerte del ministro israelí, el primer miembro de un Gobierno de Israel asesinado por palestinos. En un homenaje a Zeevi, Sharon afirmó: "La responsabilidad es toda de Arafat, alguien que ha realizado y está realizando actos terroristas y nunca ha dado ningún paso contra ello". El primer ministro israelí amenazó con llevar la guerra "a un final amargo contra los terroristas, aquellos que los ayudan y les envían", acusando a Arafat de abrigar a los "asesinos".

La ANP, sin embargo, no tardó en condenar el asesinato, y un oficial anunció que Arafat había ordenado la búsqueda y arresto del grupo que llevó a cabo el atentado. "Rechazamos todo tipo de asesinatos políticos", condenó el ministro palestino Yasir Abed Rabbo, quien instó a que se termine "el círculo vicioso de asesinatos".

El temor a una escalada de mayor violencia por parte de los israelíes hizo que en la UE se lanzaran voces para contener la respuesta. Un portavoz del Gobierno dijo que el primer ministro británico, Tony Blair, pidió "contención en todos los bandos en respuesta a los hombres violentos que quieren hundir cualquier propósito de paz".

Un férreo ultraderechista

La ruptura de las negociaciones de paz supondría el cumplimiento de los deseos del asesinado, que había mostrado su oposición a todos los acuerdos alcanzados entre árabes e israelíes. Zeevi murió poco antes de que se aplicara su dimisión del Gobierno, anunciada el pasado lunes junto a la ministro de Infraestructuras. Su bloque político, Unidad Nacional-Beitenu, rompió así la coalición de gobierno como protesta al levantamiento de sanciones a los palestinos.

Zeevi contaba con una dilatada carrera militar como general. Apodado Ghandi por su parecido físico con el líder indio, defendía la expulsión de los árabes y abogaba por una más dura respuesta militar a la Intifada.

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