Los Quince aceptan abrir el 50% del mercado postal a la competencia
Francia, España, Portugal y Grecia consiguieron ayer inclinar al Consejo de Ministros de Telecomunicaciones de la Unión Europea hacia una apertura gradual del sector postal, erigiéndose en adalides de un servicio universal que supuestamente no podría sobrevivir a un proceso de liberalización más ambicioso.
La Comisión Europea celebró el acuerdo logrado ayer (que todavía se enfrentará al filtro del Parlamento Europeo), a pesar de que introduce nuevas etapas en su propuesta original y reserva para los antiguos monopolios el 50% de la actividad hasta 2009, al menos. El sector privado, en el que se integran casi 100.000 compañías con una fuerza laboral de unas 400.000 personas, lamentó la "incertidumbre inversora" que provoca la ausencia de un calendario definitivo para la liberalización total.
La redacción del proyecto de directiva prevé ahora reducir a partir de 2003 el área de negocio reservada a los monopolios desde los 350 gramos actuales hasta 100 gramos y desde el quíntuple de la tarifa normalizada hasta el triple. Tres años más tarde, ambos márgenes se reducirán hasta 50 gramos y dos veces y media la tarifa. El comisario de Mercado Interior, Frits Bolkestein, había aspirado a lograr esa apertura desde 2003.
Un tercer paso, anunciado como "definitivo", se anuncia ahora para 2006. La Comisión realizará entonces un análisis sobre el impacto de esa liberalización gradual con vistas a proponer en 2007 una nueva directiva que trate de lograr la apertura en 2009. La Asociación Europea de Empresas de Correo (EEA, en sus siglas en inglés) reaccionó con visible malestar ante la nueva propuesta que, a su entender, "retrasa la liberalización durante al menos otros ocho años". "A pesar de los esfuerzos de algunos Estados miembros", lamenta la asociación, "los intereses de unos pocos monopolios se han impuesto en detrimento de los consumidores".
Sólo Holanda votó en contra del acuerdo, mientras que Finlandia se abstuvo y Suecia expresaba verbalmente sus reservas. Los dos países nórdicos han liberalizado ya el 100% del correo y la apertura en el mercado holandés se encuentra ya en la fase fijada ayer para 2003. La secretaria de Estado de Telecomunicaciones de Holanda, Monique de Vriej, fue la voz más crítica contra un compromiso que calificó de "malo para el sector". Para Holanda, "no hemos decidido nada".
Satisfacción en Fomento
Adolfo Menéndez, subsecretario del Ministerio de Fomento, ensalzaba, en cambio, "un magnífico acuerdo para la UE que satisface plenamente nuestras demandas". España ha logrado excluir del proceso de liberalización sine die todo el correo transfronterizo de salida, que según fuentes diplomáticas, supone el 20% de los ingresos del organismo público de Correos.
La apertura del mercado postal alcanza ahora un 30% de la actividad, según indicó Bolkestein. La Unión liberalizó en 1997 el envío de paquetes y el correo urgente, pero alguno países han avanzado más deprisa que lo previsto en la ley. España, por ejemplo, ha abierto a la competencia todo el correo publicitario.
El comisario confía en que la nueva directiva abra otro 12% del mercado y "pronosticó que, en total, la mitad del sector estará abierto en 2006", señaló. El ministro belga Rik Daems, que ostenta la presidencia del consejo este semestre, auguró que, entonces, "los clientes pedirán más".
Se creará un fondo para cubrir el servicio universal
La nueva directiva de liberalización del sector postal prevé, como ya ocurriera con las telecomunicaciones, la creación de un fondo que garantice la financiación del servicio universal si la apertura del mercado lo pone en peligro. El fondo se dotará con las aportaciones de las compañías privadas del sector. El comisario de Mercado Interior, Frits Bolkestein, considera, sin embargo, "muy improbable" que el fondo llegue a funcionar. Para el comisario holandés, la cautela en la apertura del mercado demostrará que el riesgo para el servicio universal prácticamente no existe. En telecomunicaciones, recordó Bolkestein, así ha ocurrido.
Bolkestein recordó además que un regulador independiente velará para que las empresas públicas no subsidien con los ingresos del área reservada las actividades abiertas a la competencia.