Las empresas de EE UU no utilizan el dinero barato para liquidar deuda
La acelerada bajada de tipos puesta en marcha por la Reserva Federal supone un importante alivio para las empresas estadounidenses, que acumularon cantidades ingentes de deuda a finales de los noventa. Pero pocas están aprovechando para reducir su endeudamiento. La mayoría se conforma con refinanciarlo para no tener problemas de liquidez a corto plazo.
La Reserva Federal ha bajado los tipos de interés oficiales del 6,5% al 2,5% en lo que va de año. Y ello recortará sensiblemente los costes financieros de las compañías estadounidenses, que durante los últimos cinco años aumentaron sus deudas un 61,3%, según datos de la Reserva Federal.
La deuda total acumulada por las empresas del país supera los cuatro billones de dólares. Y el porcentaje de deuda sobre el total de activos ronda el 28%.
Si la economía de Estados Unidos entra en recesión, los expertos avisan que las empresas más vulnerables serán precisamente las que tienen un mayor nivel de endeudamiento. Un bloque liderado por muchas firmas de telecomunicaciones, los fabricantes de automóviles y algunas químicas.
No está mal visto
Sin embargo, liquidar las deudas pendientes sigue sin ser una prioridad para la mayoría de las compañías. "Tener endeudamiento en el balance no es necesariamente un signo de desconfianza en EE UU", señala Kenneth Hackel, de Merrill Lynch.
Lo que sí están haciendo muchas firmas es "extender el plazo de vencimiento de la deuda para no tener problemas de liquidez a corto plazo".
La telefónica WorldCom protagonizó en primavera una colocación de bonos récord de 11.800 millones de dólares. Y dedicó la mitad del dinero a liquidar pagarés y letras a corto plazo. Es decir, que se endeudó a largo para financiar el pago de sus compromisos a corto.
Los fabricantes de coches también han reestructurado su deuda para liquidar una parte importante de la que vencía a más corto plazo.
Una fórmula que permite a las compañías comprar tiempo, pero que tampoco es ninguna panacea. Sobre todo porque la acelerada bajada de tipos de interés interbancarios (a corto) no se ha traducido en un declive similar de los tipos a largo.
Los inversores temen que los estímulos monetarios y fiscales terminen por impulsar la inflación. Además, el plan de estímulo fiscal que prepara el Congreso seguramente colocará la balanza pública en superávit. Con lo cual el Tesoro pasará de estar retirando deuda pública a volver a emitir títulos que competirán con los de las compañías privadas. Algunas empresas como el fabricante de equipos para redes Level 3 Communications sí han decidido aprovechar la coyuntura para reducir el peso de la deuda en sus balances.
La empresa anunció hace unos días que liquidará 1.800 millones de dólares de deuda a largo plazo. Pero la reacción de los expertos fue de preocupación. Aryen Bourkoff, del banco UBS Warburg, respondió a la noticia diciendo que "la liquidez es el principal activo" en esta industria y lamentó que la compañía haya "sacrificado parte de su liquidez para reducir su apalancamiento".
Las bajadas de tipos también han permitido a muchas empresas renegociar los créditos con sus bancos acreedores. Pero el abaratamiento del crédito no se está traduciendo en un aumento en la petición de préstamos.
Según un informe de PricewaterhouseCoopers sobre las empresas de mayor crecimiento del país, el número de compañías que pidió nuevos créditos cayó un 11% en el año que terminó en julio de 2001, a pesar de que se abarataron una media de más del 20%.
Además, los créditos bancarios representan apenas una quinta parte del total de la financiación de las empresas en EE UU. El resto procede de emisiones de bonos y acciones.
Los recortes de tipos oficiales impulsaron durante meses las colocaciones de bonos de compañías. Pero tras la ofensiva terrorista de septiembre los únicos que parecen tener garantizada la colocación de títulos son gigantes como la farmacéutica Bristol-Myers Squibb.
En el caso de las nuevas empresas tecnológicas, sus fondos provenían de empresas de capital riesgo e inversores que ahora no parecen dispuestos a seguir arriesgando su dinero. Y la adversión al riesgo de éstos no desaparecerá con la bajada de tipos, a menos que ésta se traduzca en un repunte del crecimiento económico.
Pedir más dinero
Hackel asegura que lo realmente importante de la bajada de tipos es que "permitirá abaratar el coste de los créditos para que los consumidores puedan comprar" y las empresas puedan "financiar sus planes de crecimiento". Es decir, que animará a particulares y empresas a endeudarse todavía más para financiar sus compras e inversiones.
Los tipos de interés reales son ya negativos. Y ello ha permitido el lanzamiento de campañas como las de los fabricantes General Motors y Ford, que están ofreciendo vehículos con "financiación a cero interés".
Pero los ciudadanos y las empresas están demasiado preocupados por su futuro como para lanzarse a comprar e invertir como locos, por mucho que bajen los tipos de interés.