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La zona euro se desliza hacia un crecimiento más débil, en torno al 1%

Clave, la demanda

La consultora PricewaterhouseCoopers (PwC), que presentaba su evaluación anual sobre el escenario económico el 27 de septiembre, se vio obligada ya a ajustar a la baja sus previsiones de crecimiento. Dato aún más inquietante: para sus economistas, el enfriamiento también se dejará sentir en 2002, "con un crecimiento en el conjunto de Europa menor en medio punto a lo previsto inicialmente". Para la zona euro, PwC augura un 1,75% de incremento del PIB tanto este año como el que viene. "Comparado con la tendencia estimada de en torno al 2-2,5%, esto puede representar un periodo de regresión del crecimiento de la economía europea", describe la consultora.

PwC confía, no obstante, en que Europa escape "por poco" a la recesión. Las tasas nacionales de incremento pueden oscilar entre el 3% de España y el 1% de Alemania. Solbes identifica esa vía de escape con "un gradual fortalecimiento de la demanda interna que cabe esperar durante los próximos trimestres".

La Comisión Europea estima que en ese plazo se notará el efecto beneficioso de las rebajas fiscales introducidas en Alemania y Francia el año pasado. La zona euro en su conjunto registrará, por añadidura, según Bruselas, una caída de las presiones inflacionistas que, unida a mejores condiciones en el crédito bancario, debe estimular el consumo privado.

El 1 de enero, además, comenzará la circulación física del euro que tanto la Comisión como el Banco Central Europeo califican como la mayor reforma estructural de la Unión. La confianza en Europa, no obstante, se encuentra bajo mínimos, según Eurostat, la oficina de estadística de la Comisión.

 

El control de

la inflación, baza para el BCE

La política monetaria puede ser el instrumento de la zona euro, según algunos analistas, para encarar la crisis mundial. "Para empezar, el tipo de interés real es mucho más bajos [que el oficial]", consideran expertos del grupo financiero Credit Suisse. El BCE colocó el precio del dinero en el 3,75% el día 18 de septiembre, un nivel que en España, por ejemplo, aproxima el tipo real al 0,25%. El banco considera, además, que la inflación, su principal objetivo, se encuentra controlada, lo que debe permitir una mayor relajación monetaria. El Credit Suisse estima que si el crecimiento se sitúa este año por debajo del 2%, como prevé la CE, el precio del dinero debería rebajarse hasta el 3,5%.

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