España y Alemania descartan por ahora cambios al plan de estabilidad
El presidente español, José María Aznar, y el canciller alemán, Gerhard Schröder, rechazaron ayer soltar amarras fiscales para enfrentar la desaceleración económica tras los ataques del 11 de septiembre. Schröder, sin embargo, dejó entreabierta la puerta a modificar esta postura en los próximos meses. Durante las consultas anuales realizadas en el este de Alemania, ambos dieron a entender que las muchas divergencias entre los dos países han quedado en un segundo plano por la necesidad de combatir juntos el terrorismo.
Las políticas de estabilidad tienen que ser mantenidas y no existe ningún motivo para desviarnos de este camino", afirmó el canciller alemán, quien alertó del peligro de espantar por igual a inversores y consumidores con "acciones precipitadas". En un sentido similar se habían pronunciado previamente Aznar y su ministro de Asuntos Exteriores, Josep Piqué, quien resaltó que es necesario ser "más riguroso que nunca en los planes de estabilidad".
Al menos en lo que a Alemania se refiere, esta postura, sin embargo, no es inquebrantable. Schröder abogó por "observar muy atentamente los mercados" hasta diciembre para, dado el caso, lanzar una iniciativa europea. La posibilidad de un programa común de reactivación económica ha sido ventilada también por el primer ministro francés, Lionel Jospin, y será discutida durante la reunión del G-7 este fin de semana.
Jospin apostó el pasado miércoles por una acción coordinada de la UE para impulsar las economías europeas, lo que daría al traste con los objetivos de reducción del déficit contenidos en el Pacto de Estabilidad. Sin embargo, el Gobierno alemán se está viendo sometido a una presión creciente de los sectores económicos para revisar sus objetivos de consolidación fiscal para 2002 y años posteriores.
Más allá de los temas económicos, buena parte de las consultas celebradas en Quedlinburg -una pequeña población en el este de Alemania- estuvo dedicada al análisis de la situación internacional y la lucha contra el terrorismo, un terreno en el que -al menos desde los atentados contra EE UU- existe "pleno acuerdo" entre ambos países en lo que respecta a la "solidaridad sin restricciones" con EE UU.
Ambos jefes de Gobierno volvieron a resaltar que estarían dispuestos a enviar tropas para apoyar las acciones que Washington prepara contra los terroristas. EE UU, no obstante, aún no ha hecho ninguna petición en este sentido, según se reiteró ayer.
"En situaciones como la actual ambos pueblos deben acercarse aún más que antes", señaló Schröder, tras destacar que no se tuvieron que debatir problemas bilaterales. Hasta hace poco, las relaciones entre Berlín y Madrid se habían visto agriadas por temas como la financiación de las ayudas regionales o la ya consumada venta de la industria armamentista Santa Bárbara. Schröder subrayó que el debate sobre los fondos regionales se llevará de una "manera amistosa" y se realizará a su "debido momento". También Aznar habló de unas relaciones que pasan por un "excelente" momento.
Durante las consultas, a las que asistieron también los ministros del Interior, Mariano Rajoy; de Economía, Rodrigo Rato; de Infraestructura, Francisco Álvarez Cascos, y sus respectivos homólogos alemanes, Aznar presentó, asimismo, sus planes para la presidencia española de la Unión Europea.