Un fax revela que Alonso Ureba colaboró con Gescartera en 1999
La comparecencia de Antonio Alonso Ureba, director de servicios jurídicos de la CNMV hasta febrero de este año, saltó por el lado menos esperado. Alonso Ureba había anunciado tener "pruebas irrefutables" de que David Vives, ex jefe de supervisión, había mentido al Congreso. Pero lo único que demostró el testimonio fue su connivencia con Gescartera.
Antonio Alonso Ureba entró en el Congreso de los Diputados dispuesto a desacreditar al ex presidente de la CNMV Juan Fernández-Armesto y al ex jefe de supervisión David Vives. Pero salió de la Cámara bajo sospecha. Un fax (cuya carátula, sorprendentemente, presentó el propio Ureba a la comisión de investigación) demuestra su connivencia con la firma de valores. En plena investigación, Gescartera consultaba con el departamento de asesoría jurídica de la Comisión las contestaciones que luego remitía a la unidad de supervisión del mismo organismo.
Alonso Ureba quiso demostrar que David Vives mintió ante el Congreso: "Dijo que el 4 de mayo de 1999 yo recibí a Ruiz de la Serna [apoderado de Gescartera] en la Comisión, y eso es falso. De la Serna se personó en la CNMV para hablar conmigo, pero yo no le recibí y le dije que hablase con Vives". David Vives era el encargado de la investigación sobre Gescartera.
Como prueba, Alonso Ureba esgrimió la carátula de un fax recibido por su secretaria ese día a las 12.27 horas en el que Serna se disculpaba "por las molestias ocasionadas". Según Alonso Ureba, se refiere al intento de reunirse en la CNMV.
En realidad, Vives dijo que vio a De la Serna en la recepción de la Comisión y que, al preguntar al vigilante de seguridad, éste respondió que se encontraba en el despacho de Alonso Ureba. Vives denunció en el Congreso que los representantes de Gescartera se reunían a sus espaldas con miembros del gabinete jurídico de la Comisión. El sentirse puenteado en la CNMV, dijo, fue una de las razones que le hizo renunciar a su cargo como director de supervisión.
"Te remito el borrador"
Mientras Alonso Ureba esgrimía la carátula del fax, la oposición destapó las dos hojas que la acompañaban. Una de ellas era una copia de los requerimientos efectuados el 28 de abril por David Vives a Antonio Camacho. La otra era un borrador de la contestación a dicho requerimiento.
En la carátula del fax, y antes de disculparse por haberse personado en la CNMV, Serna escribe: "Te remito borrador de nuestra contestación así como el requerimiento de referencia". Dicho requerimiento, obviamente, fue efectuado por David Vives, que ese mismo 4 de mayo recibe la contestación oficial. æpermil;sta coincide letra por letra con el borrador recibido (sin firmar) por Alonso Ureba.
La oposición denunció, así, la connivencia de la asesoría jurídica de la CNMV con la entidad de valores investigada. Alonso Ureba replicó: "Recibí un fax que no era de mi departamento y lo remití a supervisión". Lo hizo seis horas después. "Soy un hombre muy ordenado, y sólo reviso el correo dos veces al día", respondió al ser interpelado por dicho retraso.
Asimismo, Alonso Ureba desmintió la acusación de Vives de que el departamento de asesoría jurídica se negaba sistemáticamente a autorizar cualquier iniciativa de supervisión. Según Alonso Ureba, lo que ocurría era que Vives pedía que la asesoría jurídica diese el visto bueno a los requerimientos y las actuaciones emprendidas por supervisión. En realidad, dice Alonso Ureba, Vives no tenía que pedir visto bueno y podía tomar las iniciativas que estimase oportunas sin preguntar.
Por esta razón, Alonso Ureba aseguró que negó a Vives la autorización para pedir información añadida al Arzobispado de Valladolid sobre su cuenta en Gescartera. "Fue un enfado momentáneo con Vives por su insistencia en pedirme autorizaciones que no eran procedentes", explicó.
Alonso Ureba también entregó en el Congreso un correo electrónico fechado el 23 de junio en el que comenta a Vives que "puede hacer los requerimientos que quiera, que la oportunidad de hacerlos no me corresponde a mí y que puede contar conmigo para todo".
Campaña de desprestigio
El compareciente negó, asimismo, haber emprendido en el final de su mandato una campaña de desprestigio contra Armesto y Vives. Este último había señalado a la comisión que Alonso llegó a manejar en su contra una carta de Bankinter en la que esta entidad se quejaba de haber perdido a Gescartera como cliente. Dicha misiva, en efecto, le fue remitida a Antonio Alonso por el secretario general de Bankinter, Rafael Mateu de Ros, de quien reconoció ser amigo.En opinión de Alonso, no hay que extrañarse porque él fuera el receptor de este tipo de quejas contra la unidad de supervisión. "Mateu de Ros y yo somos juristas", argumentó.
"Alierta me llamó por mi prestigio profesional"
Antonio Alonso Ureba, actual secretario del consejo de Telefónica, considera que el presidente de la compañía, César Alierta, se fijó en él después de que abandonara la CNMV en febrero de este año debido a su "prestigio profesional". El diputado socialista Fernando López Aguilar le contestó que este fichaje fue un "premio" del vicepresidente segundo, Rodrigo Rato, por la forma en que Alonso Ureba condujo desde la propia CNMV el expediente que acabó con la "liquidación" de Juan Villalonga como presidente de Telefónica. El Grupo Mixto solicitará la comparecencia de César Alierta en la comisión de investigación.
Alonso Ureba no recuerda haber preguntado nunca a César Alierta quién le recomendó su nombre y niega, incluso, haberle conocido con anterioridad a su trabajo en el consejo de Telefónica.
Alierta no está solo en el listado de nuevas comparecencias que pedirán los grupos parlamentarios. El PSOE también anunció ayer que solicitará la presencia en la comisión del actual jefe de gabinete de Rodrigo Rato, Jaime Pérez Renovales. Le acusa de filtrar a Alonso Ureba varios correos electrónicos privados, entre ellos los que se intercambiaron el 25 de febrero de 1999 el ex jefe de supervisión de la CNMV David Vives y el subdirector de la misma unidad Luis Peigneux. El diputado López Aguilar recordó que la interceptación del correo electrónico es delito. Alonso Ureba mantuvo que el documento que contiene los correos le llegó de "forma anónima".