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LEALTAD, 1

La teoría del todo vale nada

La teoría del caos y la destrucción, la del todo vale nada, no es la primera vez que sacude los mercados del mundo. La Bolsa española, menos líquida y capitalizada que sus homólogas europeas, ha vivido en ocasiones anteriores situaciones de violencia bajista similares a la de estos días. El desorden es mayor a medida que los mercados son más estrechos.

Ejemplos de una intensidad bajista y de pánico como los actuales están en el fallido intento de golpe de Estado en la ex Unión Soviética y también en los primeros compases de la guerra del Golfo.

La Bolsa española sufrió entonces más que sus homólogas. El análisis de lo sucedido en aquellas crisis ofrece tintes similares a los de ahora. Por ejemplo, la teoría que circula en determinados medios de que los activos valen nada y que lo adecuado es abundar en las posiciones de liquidez. Otros aconsejan comprar oro o petróleo.

Los expertos más fríos defienden lo contrario, es decir, aprovechar el caos para tomar posiciones en valores de primer orden. Hay un razonamiento poderoso que apoya esta posición. Si el mundo sigue adelante, poco a poco volverán las aguas a su cauce, con lo que compras actuales determinarán precios históricos de adquisición. Si el mundo estalla, en esa teoría del todo vale nada, del caos, tampoco sirve tener liquidez, oro o petróleo.

La estadística demuestra, en este sentido, que de las grandes convulsiones financieras siempre han surgido fortunas de consideración. Todo parece indicar que ahora no será la excepción.

Hay dos problemas en esta proyección. Primero, el tiempo de recuperación de la tendencia natural (habrá quienes no puedan aguantar la presión que viene). Segundo, la selección de valores (hay compañías que no han recuperado aún los precios de la crisis de 1990).

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