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El Dow Jones pierde un 4,37% ante las evidencias de empeoramiento económico

Wall Street no encuentra bálsamo para sus males. Las pérdidas se acentúan y el reguero de malas noticias económicas y empresariales no cesa. Ayer le tocó el turno a Alan Greenspan. El presidente de la Reserva Federal confirmó lo que ya se intuía: que los atentados contra Estados Unidos tendrán un efecto negativo en la economía a corto plazo. A ello se sumó otra batería de malas noticias empresariales. El Dow Jones cedió un 4,37% y el Nasdaq, un 3,72%.

De mínimo en mínimo. Los índices estadounidenses volvieron a romper ayer soportes a la baja y cerraron en cotas no vistas desde hace años. El Dow Jones retrocedió un 4,37%, hasta 8.375 puntos, el nivel más bajo desde octubre de 1998. El Nasdaq se dejó el 3,72% y cerró por debajo de los 1.500 puntos por primera vez en 33 meses.

Cada día, las Bolsas acusan más la falta de confianza de los inversores. Además del clima prebélico en el que se encuentra Estados Unidos, el miedo a la recesión económica y la avalancha de malas noticias procedentes de las compañías y anuncios de despidos masivos no dejan resquicio para el sosiego que tanto demandan los responsables económicos.

Para intentar atajar el nerviosismo, la cúpula económica estadounidense, incluidos el presidente de la Reserva Federal, el secretario del Tesoro y el presidente de la Bolsa de Nueva York, participaron en el comité bancario del Senado. Alan Greenspan se mostró optimista con la economía a largo plazo, aunque reconoció que los ataques contra las Torres Gemelas en Nueva York y contra el Pentágono en Washington tendrán un claro efecto negativo en la actividad estadounidense a corto plazo. Mientras, O'Neill insis-tió en la fortaleza de la economía.

Las Bolsas, que ya registraban pérdidas abultadas desde el inicio de la sesión, mitigaron los retrocesos sólo momentáneamente. Los responsables económicos no consiguieron alcanzar el propósito calmante que perseguían con las intervenciones.

Pos su parte, las cifras económicas publicadas, aunque de importancia relativa, mostraron un panorama un tanto ambiguo. Por un lado, la construcción de viviendas nuevas volvió a caer en agosto, mientras que las peticiones semanales de subsidio de desempleo disminuyeron más de lo previsto. Los expertos, sin embargo, consideraron este descenso como un hecho excepcional, dado que muchos desempleados decidieron quedarse en casa desde los atentados. Es de esperar, además, que esta cifra se incremente en las próximas semanas, especialmente después de los drásticos recortes de plantilla anunciados.

Asimismo, el índice de actividad económica de la Reserva Federal de Filadelfia volvió mostrar una contracción en agosto, pero a un ritmo menor del que había previsto el mercado.

Malas previsiones

En este ambiente, nuevas rebajas de resultados previstos y anuncios de despidos fueron un mazazo para el mercado. No en vano, llueve sobre mojado. Las alertas sobre beneficios de ayer se sumaron a las realizadas recientemente por gigantes como United Technologies, uno de los principales lastres del Dow Jones en la jornada, Honeywell o Citigroup.

La peor parte se la llevó, una jornada más, el sector aéreo. British Airways fue ayer la penúltima compañía de este grupo en comunicar que despedirá a otros 2.000 empleados, tal y como ya hicieran las estadounidenses American Airlines y Continental, entre otras. El índice S&P del sector perdía ayer un 3,5%, con US Airways (-22%) encabezando los retrocesos.

Entre las tecnológicas, el fabricante de microprocesadores Applied Materials también comunicó el cese de 2.000 trabajadores, un 10% de su plantilla. El valor cedió un 5,24%. Palm comunicó, al cierre del mercado, un fuerte descenso en las ventas.

En el apartado de advertencias sobre resultados, las compañías del sector de medios Tribune y Knight Ridder redujeron notablemente sus objetivos, argumentando la drástica caída del gasto en publicidad de la empresas. Ambas compañías retrocedían un 9,2% y 5,8%, respectivamente. Asimismo, el fabricante de pilas Rayobac y la compañía de mensajería Fedex disminuyeron los resultados previstos.

El cóctel de noticias fue demasiado para los inversores. Las Bolsas quedaron sembradas de pérdidas por cuarta jornada consecutiva. Ya no hay lugar a dudas. La recesión amenaza con convertirse en una realidad y las compañías tendrán que reducir aún más los objetivos marcados. Con este panorama, los precios alcanzados en Bolsa son insostenibles.

Tal y como esperaban los más agoreros, los mercados han sucumbido al miedo. Quizá con menos estruendo de lo que predecían, pero los datos no dejan lugar a dudas. Desde la reapertura del lunes, los mercados no han logrado finalizar ninguna jornada en terreno de ganancias. Otras cifras son aún más ilustrativas: el Dow Jones ha retrocedido en cuatro sesiones un 12,79% y sólo uno de sus componentes han registrado alzas. Por su parte, el Nasdaq ha cedido un 13,2%. El volumen de negocio en las últimas sesiones ha sido reducido, otro signo de la ausencia de inversores en el parqué.

 

Goldman vende títulos de Disney y provoca su desplome

Una de las caídas más abultadas de la sesión de ayer correspondió a Disney. Goldman Sachs puso en venta un paquete de 135 millones de acciones, con un precio de 2.700 pesetas por acción, mientras que al cierre del martes los títulos quedaron en 3.300 pesetas. El anuncio provocó el desplome del valor, que en algunos momentos de la jornada llegó a perder casi el 14%. Sin embargo, el grupo salió al paso de la noticia y confirmó en una nota de prensa que había recomprado 50 millones de estas acciones "a ciertos accionistas significativos" con descuento respecto al precio de mercado. Con ello, logró que la caída al cierre de la sesión quedara en un 9,24%.

El paquete puesto en el mercado supone un 6,5% del número total de acciones del grupo, que asciende a 2.093,3 millones. A principios de esta semana, la compañía llevó a cabo una nueva oferta de bonos, que ascendió a 180.000 millones de pesetas, para recomprar títulos.

La agencia de calificación de riesgo crediticio Standard & Poor's anunció ayer que puede revisar a la baja la valoración de la compañía dadas las "dificultades crecientes en el negocio".

El valor, al igual que el resto del sector, ha sido uno de los más penalizados en las últimas sesiones. En las cuatro últimas jornadas, la compañía sólo ha logrado cerrar un día al alza y acumula un descenso del 26%. Sólo el lunes, sesión de reapertura de la Bolsa de Nueva York tras los atentados, la compañía retrocedió más del 18%.

El sector relacionado con la comunicación ha sido uno de los más penalizados desde que se agudizó la crisis a raíz de los ataques. El temor a que se acentúe el enfriamiento económico y el fuerte descenso de la publicidad, principal fuente de ingresos de estas compañías, ha pasado factura a su cotización. Ayer, dos empresas de este grupo, Tribune y Knight Ridder, anunciaron que no alcanzarán los resultados previstos.

 

El mercado de Nueva York planea operar en más de una sede

La Bolsa de Nueva York podría tener una o dos plazas más de operaciones, dijo el jueves Richard Grasso, presidente ejecutivo del mercado bursátil más grande del mundo.

Grasso, al ser consultado en una audiencia en la Comisión de Banca del Senado acerca de si había la posibilidad de que la Bolsa tuviese otras instalaciones de respaldo, dijo: "Podríamos tener sitios alternativos adicionales... No excluimos quizás uno o dos más".

Antes de los ataques, la Bolsa tenía tres instalaciones físicas disponibles para cotizar, pero operaba sólo en una.

Como resultado de la construcción de un piso de operaciones de emergencia para la American Stock Exchange, cuyas instalaciones resultaron dañadas por los ataques, "la Bolsa neoyorquina cuenta ahora con cuatro plazas de operaciones", señaló Grasso.

El desarrollo de lugares adicionales para operar podría asegurar que las cotizaciones no se interrumpan en caso de futuros incidentes. "Nunca perdemos la capacidad de tener el mercado operando", afirmó Grasso.

 

Las casas de Bolsa frenarán los despidos tras el atentado

Los bancos de inversión reflejarán un panorama negativo cuando informen de sus cuentas del trimestre esta semana y la próxima. Los analistas, muchos de los cuales esperaban antes un aumento de los despidos al terminar el verano, han cambiado de opinión tras el atentado. "Despedir a la gente será ahora algo de mal gusto", dicen.

Se espera que las ganancias caigan hasta el 50% en relación al año pasado, según Thomson Financial. Pero el atentado frenará la decisión de muchas firmas de reestructurarse rápidamente con más despidos de empleados, según los expertos. Sin embargo, los despidos ocurrirán tarde o temprano. Merrill y Schwab ya recortaron miles de empleos este año para enfrentar la caída de beneficio.

El sector bursátil emplea a unas 18.000 personas en Nueva York y representa el 20% de su actividad.

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