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Wall Street reabre sus puertas en un ambiente de guerra

La Bolsa de Nueva York (NYSE) reabrirá sus puertas hoy, seis días después del brutal atentado que dejó el World Trade Center reducido a cenizas. La tarea es ingente desde el punto de vista humano y técnico. Pero Wall Street está decidida a demostrar que el terrorismo no la ha tumbado. El viernes, su campana tocó a difuntos. Hoy repicará desafiante, mientras una gigantesca bandera ondea en su fachada principal.

Roman Lyniuk, socio director de Atlantic Capital Markets, conocía a tantos de los desaparecidos que ni siquiera puede enumerarlos. "Muchos, muchos, muchos. Hasta el año pasado trabajaba para Cantor Fitzgerald en las Torres. Supongo que debo considerarme muy afortunado...". Liniuk ha sondeado a sus antiguos compañeros y las señales son muy malas: "unos 700 no aparecen, puede que 800".

En lo que antes fueron las Torres Gemelas, a tres calles de la Bolsa, el panorama sigue siendo dantesco. Miles de personas permanecen sepultadas, y muchos de ellos eran técnicos, economistas, agentes de mercado, gestores y administrativos de las firmas de Wall Street.

Pero Liniuk, como muchos de los profesionales de la industria, está decidido a ponerse a trabajar cuanto antes. "Emocionalmente es muy duro. Pero el mercado debe abrir tan pronto como esté operativo. Mientras más tiempo esté cerrado, más crece el peligro de volatilididad".

Lo mismo opina Bruce Kasman, de JP Morgan: "abrir el lunes es lo mejor para el mercado, para la ciudad y para EE UU. Cuanto antes se retome la normalidad, mejor para todos". El principal problema no son los daños a los sistemas informáticos. "Todas las grandes firmas tienen sistemas de recuperación de datos frente a desastres y copias de seguridad en Connecticut o Nueva Jersey", explica Lyniuk.

Ni tampoco la moral de los profesionales de Wall Street, que entienden la vuelta al trabajo como un deber patriótico y reivindicativo. "¡Tenemos que demostrarles que no nos han tumbado!", exclama Kasman con determinación.

Para los más golpeados por la tragedia, las firmas están ofreciendo atención psicológica y espiritual. En cuanto a las instalaciones físicas, todas las grandes firmas habilitaron de inmediato oficinas alternativas en otras zonas de Manhattan y en la vecina Nueva Jersey.

Lo que realmente ha forzado el cierre más largo de Wall Street desde la I Guerra Mundial son cosas tan básicas como las telecomunicaciones y la movilidad física.

La mayor Bolsa del mundo sigue operando con el sistema de corros y para funcionar necesita que miles de personas entren en la zona acordonada. El sábado por la noche, el agente de policía Gerardo Estrella cabeceaba apesadumbrado ante la idea de abrir la zona. "La cosa está muy fea aquí abajo.... Pero daremos acreditaciones especiales para que entren los que trabajan en la Bolsa". Además se fletarán autobuses para trasladarles y se repartirán 5.000 mascarillas, porque el aire sigue siendo irrespirable en la zona.

En cuanto a las comunicaciones, la telefónica Verizon está trabajando a marchas forzadas para reparar las líneas (el parqué utiliza 8.000 conexiones). Y el presidente del NYSE, Richard Grasso, dice que "los sistemas están listos". El Nasdaq también empezará a funcionar hoy. El Amex transferirá sus operaciones al Mercado de Valores de Filadelfia y el NYSE, porque su edificio ha sufrido enormes daños.

La apertura de la sesión será un acto solemne y cargado de simbolismo. Al evento acudirán personalidades como el secretario del Tesoro, Paul O'Neill. Y las medidas de seguridad serán extremas. El mercado guardará dos minutos de silencio y cantará el "Dios bendiga a América". Luego empezará la vorágine. En la fachada, una gran bandera recordará al mundo que

 

Medidas para prevenir el pánico cuando abran los mercados

Los analistas reconocen que las Bolsas estadounidenses seguramente abrirán con pérdidas. Y los valores más castigados serán las aseguradoras, aerolíneas, el sector financiero y las cadenas comerciales. Sin embargo, las autoridades y la propia industria han tomado medidas para intentar amortiguar el golpe lo más posible.

La Comisión del Mercado de Valores (SEC) ha utilizado sus "poderes de emergencia para relajar algunas restricciones regulatorias de manera temporal". La más importante es la supresión de límites para la compra de autocartera. Además ha relajado las condiciones de crédito para fondos de inversión.

Los analistas también han puesto su granito de arena, recomendando a los inversores que tengan sangre fría y poniendo ejemplos históricos tranquilizadores. UBS Warburg dice que el caso más comparable fue el asesinato del presidente JohnF. Kennedy, "porque también era algo que se consideraba impensable". La Bolsa cayó un ese día un 2,9% y subió un 4,5% la jornada siguiente.

Pero las previsiones de los expertos ya eran bastante negativas antes de que ocurriera la tragedia del martes. Y no es previsible que mejoren a corto plazo.

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