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El tipo de cambio del euro y el dólar se mantiene sin apenas variaciones

La calma se impuso en los mercados de divisas. Tras el ataque terrorista sobre Estados Unidos, la primera crisis seria que le ha tocado vivir desde su nacimiento en 1999, la moneda única ha actuado como refugio de los inversores internacionales y ha resistido a las turbulencias monetarias. El dólar, por su lado, recuperó parte del terreno perdido frente al resto de divisas mundiales después de que los bancos centrales de Europa, Japón, Suiza y Estados Unidos anunciaran que están dispuestos a atajar cualquier ataque especulativo.

La estabilidad monetaria no corre peligro. Esta es la sensación que se vivía ayer en el mercado de divisas, un día después de que los ataques terroristas contra Estados Unidos sembraran el pánico en los mercados de divisas. A pesar de que el volumen de operaciones era casi la mitad, el apoyo mostrado por los principales bancos centrales devolvió ayer a la divisa estadounidense parte de las caídas sufridas el martes.

Pese a la calma tensa que aún se vivía ayer en los mercados internacionales, los analistas creen que el repunte del dólar frente a las monedas con las cuales perdió terreno son un signo claro de estabilidad. "La recuperación del dólar tiene mucho que ver con la calma relativa que recorre los mercados al cierre de la jornada europea. Pero también debido a la especulación sobre una intervención de apoyo a nivel oficial. Esto es importante resaltarlo: el dólar ahora se constituye en un factor de estabilidad para los mercados", apuntaba José Luis Martínez, economista jefe de Citibank.

Muchos inversores vendieron dólares el martes por temor a que el sistema bancario estadounidense sufriera un colapso, dejando a las compañías y a la economía en general sin liquidez suficiente para seguir su normal funcionamiento. La huida se produjo hacia otras divisas, como el euro, que pasó de los 89 céntimos de dólar a los 91 céntimos, o el franco suizo, que se apreció cerca de un 3% frente a la divisa estadounidense y se convirtió en verdadero refugio de los inversores internacionales.

Pero los principales bancos centrales del mundo respondieron ayer con una inyección de 80.000 millones de dólares (14,8 billones de pesetas) en los mercados financieros. La Reserva Federal, asimismo, pidió a sus homólogos de todo el mundo que limitaran al máximo el tráfico de intercambio de divisas, lo que rebajó el volumen en el mercado de divisas a casi la mitad del de un día normal. A pesar de que el dólar suele ser una moneda refugio en tiempos de crisis, puede llegar a ser una divisa muy vulnerable si los inversores internacionales dejan de demandar activos denominados en dólares (como acciones).

Los expertos consideran que las repercusiones negativas económicas para la economía mundial, tras los atentados sufridos por EE UU, son menores de lo estimado al principio. Aunque son pocos los que se atreven a dar un pronóstico, a la espera de ver la reacción de EE UU, una vez se conozca los autores de la catástrofe.

"Ahora nos enfrentamos a una incertidumbre política y a las consecuencias de lo que ha ocurrido", apuntaba Carmen Alcalá, analista de Intermoney. Por ello, y a pesar del repunte del dólar visto ayer, los expertos no descartan que se produzcan nuevos movimientos en el mercado de divisas en favor de otras monedas. "El franco suizo, incluso el euro, siguen siendo monedas muy demandadas. Asimismo, en la medida en que empeoran las perspectivas económicas de EE UU, no descartamos que la moneda europea pueda situarse en niveles de 92 o 94 céntimos de dólar en un plazo no muy largo", añadió este experto.

 

Los bonos vuelven a la estabilidad, pero con volúmenes muy bajos

Las rentabilidades repuntan de forma leve

La rentabilidad de los bonos soberanos europeos se acercaba ayer a la que tenían el martes, antes de los ataques terroristas contra Estados Unidos. No obstante, el volumen era muy débil, a la espera de que los mercados de deuda pública de Estados Unidos y Londres recuperen hoy su actividad.

El bono alemán a 10 años, que el martes perdió 25 puntos, hasta el 4,74%, alcanzaba al final de la sesión de ayer el 4,82% de rentabilidad, con la consiguiente caída de su precio (en el mercado de deuda los precios y la rentabilidad se mueven en sentido contrario). Pese a la recuperación vista ayer no alcanza los niveles anteriores a la crisis desatada por el atentado terrorista contra Estados Unidos, los analistas esperan que el mercado de bonos soberanos recupere poco a poco la calma y también el negocio, que ayer se mostró muy débil.

Sin embargo, una posible bajada de tipos coordinada por parte de lo bancos centrales de Estados Unidos y Europa podría traer en un futuro nuevos movimientos a la baja en la rentabilidad de la deuda. Por el momento, el presidente del Banco Central Europeo, Wim Duisenberg, se ha mostrado reacio ha hablar de un inminente recorte del precio del dinero en Europa, al entender que una medida precipitada podría ser interpretada más como una reacción de pánico que un signo de calma y estabilidad.

Otros expertos aseguran que la relativa seguridad de los bonos frente a la renta variable podría desencadenar un huida hacia la calidad que incrementaría la demanda de la deuda pública, con la consiguiente subida de precios y las caídas en las rentabilidades.

Los movimientos más significativos se produjeron ayer sobre las notas con vencimientos más cortos, principalmente los que tienen una madurez de dos y cinco años. Este tipo de activos son los preferidos por los inversores en una situación de incertidumbre como la de ayer, ya que la cercanía del vencimiento hace que las fluctuaciones en los precios y las rentabilidades suelan ser menos acentuadas.

Mientras la actividad en el mercado de deuda soberana permanecía ayer bajo mínimos, la deuda corporativa estaba casi paralizada. Las subastas de deuda de compañías europeas previstas para ayer fueron canceladas, a la espera de que hoy se normalice la situación en los mercados estadounidenses.

 

Los precios del oro y otros metales preciosos frenan en seco las subidas

El oro perdió interés para los inversores. La cotización del metal dorado, una materia prima que tradicionalmente es utilizada por los inversores como un refugio en caso de crisis, cayó ayer un 2,36% y recortó hasta la mitad las ganancias mostradas el martes, después de que el ataque terrorista contra Estados Unidos desencadenara una oleada de compras.

El precio del oro logró el martes la mayor subida diaria en dos años, hasta los 292,5 dólares la onza. Pero ayer su cotización bajaba hasta los 279 dólares la onza. "Los grandes inversores no han acudido al mercado del oro", aseguraba ayer a Bloomberg un experto de Dresdner Kleinwort Wasserstein. "Para que se produzca un avance sostenido en el precio de este metal es necesario que se produzca una demanda fuerte y constante, así como nuevas entradas en el mercado, algo que no vimos ni ayer, ni mucho menos durante el día de hoy", añadió este experto.

Los analistas también destacan que gran parte de la demanda se oro se produjo por parte de inversores asiáticos, que al tener cerrados sus mercados acudieron a este metal en busca de refugio.

Sin embargo, el ataque terrorista sobre EE UU sí ha trastocado la evolución del precio del oro. Las ventas de las reservas de oro anunciadas por diversos bancos centrales habían empujado a la baja el precio de este metal en los últimos dos años. Precisamente ayer, el Banco de Inglaterra llevó a cabo una de las 14 subastas que había anunciado en julio de 1999. Pese a que la demanda de oro en esta subasta fue de cuatro veces la oferta, los expertos prefirieron no sacar conclusiones. "No creemos que tras la subasta del Banco de Inglaterra podamos extrapolar algo. El mercado en general todavía se está recuperando del pánico vivido el martes y cualquier opinión sería precipitada. Hay que esperar y ver", señaló a Reuters un operador del mercado de materias primas londinense.

También hay que tener en cuenta que hasta ayer muchos operadores tenían posiciones cortas con la esperanza de que los precios bajaran aún más, teniendo en cuenta las sucesivas ventas de oro previstas por otros bancos centrales.

Pero el repentino repunte de ayer obligó a muchos de ellos a cubrir estas posiciones.

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