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Alemania y Francia revisarán a la baja sus previsiones de crecimiento

El ministro alemán de Finanzas, Hans Eichel, anunció ayer que próximamente revisará la previsión de crecimiento económico para 2002. En Francia, la revisión se producirá en los próximos días tras confirmarse un crecimiento del PIB de sólo el 0,3% en el segundo trimestre del año.

La desaceleración económica se está cebando en los principales países de la Unión Europea (UE). Ayer, el ministro alemán de Finanzas, Hans Eichel, defendió un austero proyecto presupuestario para el año 2002 y reconoció que las previsiones económicas sobre las que está elaborado probablemente no podrán cumplirse.

"Muchos indicadores apuntan en estos momentos a que los datos serán inferiores a lo pronosticado", dijo el ministro durante la primera lectura parlamentaria del proyecto, en la que la oposición le acusó de presentar un borrador obsoleto.

Eichel no quiso adelantar nuevas cifras, que se presentarán en noviembre con la nueva previsión sobre la recaudación fiscal, pero dejó entrever que no se alcanzará el crecimiento económico del 2,25% sobre el que se basa el borrador.

Reconoció también que en el año electoral con toda probabilidad no podrán cumplirse los pronósticos sobre el desempleo, que será superior a los 3,47 millones de personas. Aun con todo, Eichel subrayó que el borrador constituye "un fundamento sólido" para las próximas negociaciones en la comisión presupuestaria. El ministro rechazó las reclamaciones de la oposición de adelantar de 2003 a 2002 la próxima etapa de la reforma fiscal para impulsar la débil economía con el argumento de que no había fondos para ello y que todo programa que no esté abocado a la consolidación presupuestaria hipoteca el futuro. En ese contexto, reprochó a la oposición que si la situación actual es tan difícil es porque el Gobierno socialdemócrata-verde había heredado unas deudas exorbitantes de la coalición cristianodemócrata-liberal.

En total, el borrador de los presupuestos, que por primera vez ha sido elaborado exclusivamente en euros, contempla un gasto público de 247.800 millones de euros, lo que supone un incremento del 1,6% sobre el anterior ejercicio. De acuerdo a estos planes, el Estado asumirá créditos por valor de 21.100 millones de euros, lo que comporta un retroceso de 1.200 millones de euros respecto a este año. En ese contexto, el ministro subrayó que el Gobierno socialdemócrata-verde se ha propuesto atenerse estrictamente a los criterios establecidos en el Pacto Europeo de Estabilidad que obliga a los socios de la UE a lograr a medio plazo un presupuesto equilibrado.

Reconoció que en lo que respecta a este objetivo, algunos países, como Francia, Alemania e Italia no han logrado los mismos avances que otros socios más pequeños. Eichel rechazó con vehemencia las críticas de la oposición, que le ha acusado de querer aflojar los criterios de estabilidad. A ese respecto reiteró que lo único que había dicho era que sería aconsejable introducir un límite para el gasto público y no sólo para el déficit.

En Francia también pintan bastos. La ralentización de la economía en el segundo trimestre, con un avance anémico del PIB del 0,3% anunciado ayer, llevará a una revisión a la baja de los pronósticos de crecimiento para este año. El Instituto Nacional de Estadística, que en junio pronosticó un crecimiento del 2,3% del PIB para este año, lo rebajará probablemente "en una o dos décimas", según fuentes del organismo.

En el primer trimestre el PIB ya había crecido sólo un 0,4%, una décima menos de lo calculado previamente. El crecimiento del PIB en el segundo en un 0,3% -este cálculo podría ser revisado ulteriormente-, es inferior en una décima a lo que Estadística pronosticaba hace tan sólo tres meses.

 

La reforma de

la PAC, de nuevo

a debate

El presidente francés, Jacques Chirac, rechazó ayer una reforma de la Política Agrícola Común (PAC) de la UE antes de 2006, aunque admitió la posibilidad de "adaptaciones" hasta entonces, considerando útiles las "reflexiones" preparatorias.

Ciertas "adaptaciones de la Política Agrícola Común son posibles para mejorar la seguridad alimentaria y favorecer el desarrollo rural", dijo en Rennes (Bretaña, noroeste).

Pero, recalcó, esas adaptaciones eventuales sólo pueden plantearse dentro del "régimen en vigor hasta 2006", fijado por los Quince en la cumbre de Berlín en 1999.

Chirac justificó su rechazo de una reforma anticipada de la PAC en la "estabilidad" necesaria para los agricultores. "Las reglas de Berlín se fijaron para seis años. No sería aceptable" replantearlas antes de entonces.

Además, afirmó que los que piden una reforma radical tienen objetivos contradictorios. Unos persiguen el liberalismo a ultranza; otros, la agricultura biológica, y otros quieren pagar menos, indicó. Utilizó también el argumento comercial: "un debate interno prematuro colocaría a Europa en una situación de debilidad en las próximas negociaciones comerciales internacionales".

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