Castañas ecológicas con destino California
Con los ahorros de 15 años de duro trabajo, el británico Alastair Brown dejó su empleo en un banco de Londres para vivir en el corazón de la sierra de Aracena (norte de Huelva), de la que se quedó prendado en 1986 tras visitar el paraje en un viaje turístico.
Alastair se puso manos a la obra y, tras iniciar su proyecto en 1997, dirige Sierra Rica, una moderna fábrica de productos ecológicos, "inéditos en los circuitos internacionales de la agricultura ecológica tradicional", apunta.
Alastair no se ha centrado en los habituales productos de la huerta mediterránea, sino que ha decidido ofrecer productos típicos de España que sabe que tendrán aceptación principalmente en las dietas de los países anglosajones. El producto principal de la factoría es la castaña procedente de los árboles de la sierra de Huelva, pero también comercializa pimientos rojos, que trae de Aragón, turrón o el popular gazpacho, que cuenta cada vez con mayor aceptación fuera de las fronteras españolas.
Con poco más de 200 millones de pesetas (1,2 millones de euros), Alastair dotó de modernas tecnologías el centro de producción, entre las que destaca una máquina peladora de castañas de marca italiana. El artilugio deja el fruto del castaño sin cáscara ni piel.
A partir de ahí la imaginación de Alastair ha hecho el resto. Sabedor de que en los países anglosajones existen numerosos platos basados en la castaña, ha engendrado todo un listado de platos de producción ecológica listos para ser servidos en los hogares de Londres o Nueva York: castaña en almíbar, crema de castañas o puré de castañas, sopa de castañas con tomate o sopa de castañas con jengibre y zanahoria, entre otros. Para iniciar su aventura, Alastair se alió con dos inversores, "no sin antes asegurarme de que compartían conmigo un compromiso con el medio ambiente, el que nos lleva a apostar por este sistema de producción, de calidad y respetuoso con el entorno".
Los inversores tomaron el 30% de Sierra Rica a cambio de 106 millones de pesetas (640.000 euros). "Mi idea es ir más allá que comercializar productos ecológicos poco comunes en los circuitos de la agricultura ecológica", explica el empresario británico. "Mi objetivo es crear una marca ecológica española de calidad a la que puedan unirse otros productos".
Alastair cree que ha elegido un buen momento para iniciar su aventura empresarial y dejar lo que considera una "insana vida" en Londres: "El mercado de la agricultura ecológica está funcionando muy bien en países como Reino Unido, Bélgica, Holanda, Suiza y Alemania porque la gente tiene auténtica incertidumbre sobre lo que come después de los últimos escándalos agroalimentarios que han salpicado casi toda Europa, como el caso de las vacas locas", explica. "En España la agricultura ecológica no tiene aún tanto éxito porque la gente confía en lo que come", dice.
La peladora mecánica trabaja al ritmo de 250 kilos de castañas por hora frente al kilo por hora que registra el trabajo manual. Pero aún así "a veces tenemos que recurrir al pelado manual", afirma Alastair Brown.
Presencia en EE UU
Hasta la fecha, sus productos están encontrando facilidades para entrar en los mercados más exigentes. En Estados Unidos, los productos de Sierra Rica están presentes en las cadenas de Delicatessen de Wholefoods Market y en la considerada más prestigiosa del país, Dean & Deluca. En total, 250 tiendas del país norteamericano venden sus productos en lugares como Seattle, Oregón, San Francisco y Los Ángeles o algunos sitios de Texas. También este año inicia las primeras partidas exportadoras al mercado japonés, muy exigente en lo relativo al consumo de castañas de bosque.
El parque natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche produce una cantidad cercana a los cinco millones de kilos de castañas al año, en una temporada que se inicia este mismo mes o en octubre. Aunque los agricultores defienden con celo los castaños (al viandante que invade sus campos le preguntan si van a recoger setas o castañas; para lo primero hay permiso, nunca para lo segundo), sus frutos están siempre al alcance de cualquiera en los caminos y en las carreteras.
Para este año, Sierra Rica prevé facturar su primer medio millón de euros (casi 90 millones de pesetas) mediante el sistema de exportar los delicados productos ecológicos de la serranía onubense a las tiendas de gourmet más exigentes de todo el mundo.
Alastair Brown confiesa que su impulso inicial no fue de empresario. "Me hice empresario para vivir en Aracena, aquí traje a mi familia para que viva de forma saludable".
El Virgin Mary, último grito en bebida verde
La fábrica de Brown no deja de sorprender con sus productos. El empresario se dirige a una misteriosa batería de botellitas que contienen un líquido de contenido rojo espeso.
Mientras muestra al trasluz el contenido revela su secreto: "Es el ingrediente principal de la bebida británica conocida como Bloody Mary", basada en la combinación del vodka ruso con una salsa en la que predomina el zumo de tomate pero también otros ingredientes picantes como la pimienta o el apio". Lo que Alastair está a punto de sacar al mercado se llama Virgin Mary, y consiste en la producción ecológica del caldo que acompaña al vodka pero sin la bebida alcohólica. "Estamos a punto de cerrar un acuerdo con un productor de vodka ecológico para vender conjuntamente la botella de vodka con nuestra botellita de Virgin Mary. Mezclados, el consumidor obtendrá un Bloody Mary perfecto", afirma Brown.
Hombre de recursos, afirma que el éxito de su empresa en Estados Unidos está garantizado a causa de una de las primeras debacles gastronómicas de la historia de ese país en el siglo XX: un castaño enfermo importado de Japón arruinó en los años veinte una masa forestal de castaños de Estados Unidos de más de 3.500 millones de árboles. El país se quedó sin castañas pero su recetario sigue siendo rico en platos en los que el fruto del bosque sigue siendo protagonista. "Ahora empiezan a saber que las castañas de Aracena son mejores que las francesas que suelen importar", dice.