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La Bolsa cae el 2,29% por los malos resultados de las empresas de EE UU

La Bolsa española vivió ayer la peor jornada de agosto, con un retroceso del Ibex del 2,29% y vuelta, de nuevo, a la zona de mínimos anuales. La pésima evolución de los mercados de acciones estadounidenses en el periodo de coincidencia operativa fue determinante. El recorte de tipos de interés decidido por el Banco Central Europeo no influyó, porque, entre otras cosas, no hubo tiempo para ello.

Se desgañitan los analistas más sesudos, una y otra vez, a la hora de explicar a los participantes en el mercado que la crisis actual es de valoraciones o, lo que es lo mismo, de resultados empresariales. Por ello, ni las siete bajadas de tipos de interés en Estados Unidos en lo que va de año ni las dos, con la de ayer, en Europa tienen impacto alguno en los mercados. Los índices se mueven al compás de los resultados o, en su defecto, según las proyecciones que hacen las compañías cotizadas.

La semana pasada subieron los índices al calor de manifestaciones de altos responsables empresariales de Estados Unidos, como los de Cisco o Lucent, en la dirección de que lo peor ya había pasado y que para 2002 cabe apostar por la vuelta a los beneficios. En lo que va de semana otras empresas han hecho saltar por los aires el castillo de naipes. La emblemática Sun Microsystems ha filtrado previsiones de resultados peores de lo esperado. Caía ayer el 16%, justo cuando la Bolsa española cerraba sus puertas e influía de manera descarada en el Nasdaq, que bajaba el 3,12%, y en el Dow Jones, que decía adiós en ese momento al nivel de los 10.000 puntos, con pérdida del 1,75%. El resultado final catastrófico no puede empeñar 10 minutos de frenesí en la Bolsa española, justo los siguientes a la divulgación del recorte de 0,25 puntos de los tipos de interés por parte del Banco Central Europeo.

10 minutos de frenesí

En tan corto periodo de tiempo, el Ibex pasó de ganar el 0,8% a perder el 0,8%, para volver a ganar lo mismo y perder lo mismo. Auténtica montaña rusa que hizo ver a propios y extraños que algo no iba bien.

Así fue. La apertura de los mercados estadounidenses estuvo marcada por los fuertes retrocesos. El Ibex cerró en los 8.232,10 puntos, muy cerca, por tanto, de los 8.153,5 puntos que cifró el 25 de julio y que es, por ahora, el nivel más bajo del año.

Pocas novedades, también, en los valores que influyeron en el deterioro del índice. Telefónica perdió el 2,68%;BSCH, el 3,38%, y BBVA, el 2,76%. Los tres valores de mayor capitalización de la Bolsa española aportaron 129,5 puntos negativos de los 193,20 que perdió el índice. Como siempre sucede en jornadas de volatilidad extrema, el negocio subió. Ayer, hasta los 1.686 millones de euros.

 

Agosto llega a su final sin haber podido enmendar la plana

Ha fallado lo importante, lo único que puede mover al alza los mercados. El dinero tiene miedo y no quiere saber nada de lo que sucede en las Bolsas. Desde marzo del año pasado la tendencia ha sido claramente a la baja, con los valores tecnológicos exhaustos, desangrados. Las pérdidas en valores de la nueva economía son billonarias.

Agosto dice hoy adiós sin poder haber enmendado la plana, aunque, todo hay que decirlo, lo ha intentado en muchas ocasiones. Claro está que, cuando lograba recuperar posiciones, las perdía a continuación. La tendencia no ha existido y los rangos de fluctuación del Ibex se han mantenido donde estaban meses atrás.

El principal índice del mercado estuvo a punto de perder la referencia de los 8.000 puntos en el inicio de la segunda quincena, pero lo salvó la campana del Fondo Monetario Internacional al anunciar, de manera apresurada y sin muchas concreciones, que por fin ayudaba a Argentina a salir de la recesión.

En los últimos días, el mercado ha normalizado posiciones, es decir, ha vuelto a fijarse, casi de manera exclusiva, en la evolución y comportamiento de los mercados estadounidenses, aquejados, también, de una gran debilidad tanto en precios como en volúmenes.

Los resultados de las empresas cotizadas o, mejor dicho, sus expectativas enderezan un día el mástil de las Bolsas para troncharlo al día siguiente. Unos dicen que lo peor ha pasado, otros que hay crisis para rato.

Agosto, salvo hechos de largo alcance durante la sesión de hoy, no pasará a los anales de la historia bursátil por valoración. El principal índice del mercado apenas se ha movido, que no es malo para los tiempos que corren.

Una vez más, las empresas de la construcción se colocan en las primeras posiciones por revalorizaciones alcanzadas en el mes. Y los analistas siguen recomendándolas.

 

Calma tensa en los principales mercados de Latinoamérica

Los mercados latinoamericanos siguen confiando en la estabilidad a corto plazo. Los tipos a un mes en Argentina han bajado hasta el 23% (estaban en el 90% el 22 de agosto). Los del año alcanzan ahora el 38%, frente al 43% en momentos de mayor tensión.

Es decir, los inversores confían en que la calma se va a mantener, pero que es una calma tensa, cogida con alfileres. La proximidad de las elecciones del 14 de octubre será un buen test para el mercado, según los analistas.

En los últimos días se ha registrado, así, una mejora progresiva en los índices bursátiles, aunque sin conseguir grandes logros y una mayor estabilidad en las monedas. La atención, según los expertos, se desplaza lentamente hacia otras economías de la zona, como la mexicana, que sigue dando síntomas de agotamiento. En este caso concreto, llama la atención la terquedad del Gobierno de Fox para reconocer la situación.

Cavallo, más confiado

æpermil;sa es, al menos, la postura que mantiene después de las reuniones que tuvo el miércoles con el FMI y Taylor del Gobierno de EE UU. Hay analistas que señalan, no obstante, que la realidad es diferente, porque si se analiza el comunicado al respecto de las provincias en manos de la oposición, no lo tendrá tan fácil.

Los sindicatos también están radicalizando su oposición a las medidas de austeridad del Gobierno. "No a los recortes de gastos. No a la miseria", eran los lemas de la manifestación del miércoles. La disposición del Gobierno a tomar medidas, al final a cumplir con la ley de déficit cero, parece evidente. Pero ¿lo podrá hacer? Algunos economistas hablan ya de un descenso en el crecimiento para este año del 1,8 %. Sería el tercero consecutivo.

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