Enredados en la maraña de las cifras
Reconocen los analistas más sesudos estar al borde de la locura, porque las grandes cifras de actividad económica de los principales países del mundo no cuadran. La contradicción es algo ya tan normal que desnaturaliza la esencia misma del análisis. O, si se prefiere, que tanta confusión contribuye aún más al deterioro de las expectativas en los mercados.
Cuentan, así, en sus informes de situación que los últimos datos y estadísticas han devuelto el toro de la economía de Estados Unidos al corral de la recesión en que se encontraba en el primer trimestre. Es decir, no se ha avanzado nada.
Si en el primer trimestre se hablaba de recesión y la esperanza estaba en la recuperación del segundo semestre, que no llega, ¿de qué vamos a hablar ahora? Es la pregunta que muchos analistas se formulan en los últimos días.
Hay, empero, un cambio, o mejor dicho, un atisbo de cambio. Se trata de la mejora de las expectativas. La semana pasada empresas emblemáticas de la Bolsa de Estados Unidos animaron los mercados al alardear de que lo peor muy bien podría haber pasado y que hay indicios para confiar en una mejora el año que viene.
Los datos de confianza del consumidor estadounidense que se han conocido el martes arrojan una caída brutal, por inesperada, pero también mejoran el sesgo de las expectativas. Parece, dicen los observadores, como si todo el mundo quisiera ganar tiempo y no presionar más a unas Bolsas excesivamente débiles.
Analistas, operadores e inversores siguen, por tanto, atrapados en la maraña de las grandes cifras y estadísticas tanto de Estados Unidos como de la zona euro. Por cierto, el análisis de la famosa M3 tampoco ha escapado a este debate. Para los expertos fue mejor de lo que indica la cifra en sí. Será el Banco Central Europeo quien lo confirme hoy.