Ibarretxe cree que el acercamiento a Aznar facilitará el pacto del Concierto
Las Administraciones de Madrid y Vitoria reactivarán el próximo mes de septiembre las negociaciones para la búsqueda de un acuerdo político que permita la renovación del Concierto Económico. El actual, tras 25 años de vigencia, concluye el 31 de diciembre de este año. El calendario comienza a estrecharse.
Las agendas de los responsables de Hacienda de ambas Administraciones tienen anotado un más que probable encuentro en Madrid para el próximo día 6 de septiembre. Salvo cambios de última hora, los miembros de la comisión de evaluación normativa volverán a verse las caras esa jornada, tras su última entrevista del pasado día 2 de agosto. En el ánimo de todos está el conseguir que el nuevo Concierto Económico, el sistema que regula la capacidad tributaria de Euskadi y el cupo, la cantidad que paga al Estado por los servicios que cubre en el País Vasco, pueda convertirse en indefinido.
Son 13 las normas tributarias de las diputaciones vascas, los organismos que tienen en Euskadi la capacidad de recaudar impuestos, las que distancian el acuerdo. Las diferencias son importantes, puesto que el Ministerio de Hacienda tiene recurridas nueve de esas medidas, aunque las posturas están más cercanas desde que las instituciones forales derogaran otros incentivos fiscales más polémicos.
Fueron los casos del crédito fiscal del 45% a inversiones empresariales superiores a los 2.500 millones de pesetas (15,03 millones de euros) y de las conocidas como minivacaciones fiscales, que reducían en varios años la tributación por beneficios a empresas de nueva creación.
Rodríguez-Ponga
Pero ahora, la voluntad de diálogo entre Madrid y Vitoria es manifiesta. Si la comisión de evaluación no consiguió avances significativos en el encuentro del 2 de agosto fue porque en él se produjo la primera participación de Estanislao Rodríguez-Ponga como secretario de Estado, en sustitución de Enrique Giménez-Reyna, más conocido ahora por el escándalo de Gescartera.
Las relaciones entre ambas Administraciones se han trasformado desde las pasadas elecciones autonómicas del 13 de mayo, en las que las urnas ratificaron al lehendakari nacionalista Juan José Ibarretxe. Hasta esos comicios, PP y PNV protagonizaron un incruento enfrentamiento político que cortocircuitó la fluidez entre Madrid y Vitoria, y de paso se llevó por delante los primeros encuentros para la renovación del Concierto Económico. La entrevista entre Ibarretxe y José María Aznar el pasado mes de julio en La Moncloa volvió a acercar a ambos líderes y a sus partidos respectivos.
Tras ese encuentro de Madrid, se reanudaron los esfuerzos para consolidar una lucha conjunta y eficaz contra el terrorismo, que previamente había golpeado con fuerza en un sangriento arranque del verano.
Después de Aznar e Ibarretxe, les tocó el turno a los máximos responsables de Interior, el ministro Mariano Rajoy y el consejero vasco Javier Balza.
Tras estas entrevistas, la Ertzaintza ha detenido un comando en Guipúzcoa, al que le ha incautado un importante arsenal, y la Guardia Civil ha hecho lo mismo con otra cédula terrorista en Cataluña. Tras los puentes establecidos entre el PP y el PNV en contra del terrorismo, en septiembre le toca el turno al Concierto Económico. Por delante quedan cuatro meses claves antes del fin de su vigencia.
Hace cuatro años, en la negociación para la actualización del sistema fiscal vasco, liderada por el mismo Ibarretxe y por Rodrigo Rato, cuando las relaciones entre nacionalistas y populares vivían su momento más dulce, se cerró con un acuerdo que reportó a Euskadi más capacidad normativa en materia de IRPF y cedió los impuestos especiales, que regulan el alcohol, el tabaco y los hidrocarburos.
Ya entonces, Euskadi tenía la gestión de otros tributos destacados, como el impuesto sobre sociedades y el IVA. Los sucesores de Ibarretxe y Rato, la vicelehendakari Idoia Zenarruzabeitia y el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, intentarán que el Concierto escape a la lupa de las autoridades de Bruselas.