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Los síntomas de frenazo económico acentúan el nerviosismo del mercado

Los inversores siguen sin encontrar asidero al que agarrarse. Si hace unas semanas los resultados empresariales provocaban fuertes descensos en las Bolsas, el motivo de inquietud se ha desplazado ahora a los cada vez más pronunciados síntomas de debilidad de la economía. Tanto la Reserva Federal como el BCE han alertado ya de los riesgos.

El nerviosismo del mercado cambia de signo, pero no desfallece. Si hace unas semanas las dudas se centraban en los resultados de las empresas tecnológicas estadounidenses de mayor peso, ahora ha resurgido con fuerza el temor a que la recuperación de la economía tarde más en llegar de lo que en principio se había previsto.

A comienzos de año, los informes de analistas y gestores apostaban por una notable mejoría de la situación económica a uno y otro lado del Atlántico en la segunda mitad de año. Hoy va cobrando fuerza la hipótesis de los más pesimistas, que predecían una recuperación más lenta.

La pasada semana, las autoridades monetarias de Estados Unidos y la zona euro hicieron públicos sendos informes en los que se apuntaban más a esta última posibilidad.

Mientras el BCE hacía referencia a "las incertidumbres del segundo semestre", la Reserva Federal estadounidense se hacía eco del descenso de la actividad en todos los sectores, no sólo el manufacturero.

Esta semana, así, todas las miradas estarán puestas en nuevos datos que puedan dar una pista sobre la marcha de la economía. En Estados Unidos, el IPC de julio, el informe de coyuntura de la Reserva Federal de Philadelphia y el índice de confianza del consumidor de la Universidad de Michigan son algunas de las citas más importantes antes de la reu-nión de la Reserva Federal el próximo día 21 de agosto. La mayoría de los expertos apuestan por una rebaja de los tipos de interés de, al menos, un cuartillo.

En Europa, se conocerán los datos de precios al consumidor en varios países, entre ellos, Francia e Italia. La autoridad monetaria parece haber detectado que la situación de la inflación empieza a estar bajo control. Aunque, de momento, sostiene que los tipos de interés se mantienen en un nivel "adecuado", los expertos han empezado a apostar por que la institución podría cambiar el sesgo de su política monetaria en los próximos meses. Para algunos, demasiado tarde.

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