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Tejas abre el calvario judicial por las cubiertas defectuosas de Firestone

El fabricante de neumáticos Bridgestone/Firestone se sienta hoy en el banquillo de los acusados de un tribunal de Tejas. Se trata del primer juicio relacionado con una ola de accidentes de vehículos Ford Explorer equipados con neumáticos Firestone que provocaron, al menos, 203 muertes. Y la compañía piensa defenderse echando las culpas a Ford Motor.

El médico tejano Joel Rodríguez y su familia regresaban de unas vacaciones en México cuando un fallo en las cubiertas Firestone de su Ford Explorer les hizo volcar. Los cinco ocupantes del vehículo sufrieron heridas graves y la esposa, María Rodríguez, tendrá que pasar el resto de su vida en una silla de ruedas.

Un año y medio más tarde, Bridgestone/Firestone se sienta en el banquillo de los acusados de un tribunal federal de McAllen (Tejas), acusada de provocar el accidente. Ford Motor, que también había sido demandada por esta familia, cerró un acuerdo de compensaciones para evitar el juicio cuyo importe no ha sido desvelado .

Recusar al juez

Bridgestone/Firestone también se ofreció a pactar, pero el acuerdo no fue posible. Además intentó que el juez Filemon Vela se retirara del caso, aduciendo que su hijo ejerce como abogado acusador, al menos en otra demanda por fallos en los neumáticos Firestone.

Sin embargo, el juez dijo que no tenía constancia de este hecho y rechazó la petición del fabricante.

El de la familia Rodríguez es el primer caso que llega a juicio en relación con una ola de accidentes que ha provocado, al menos, 203 muertes y más de 700 heridos. Firestone tuvo que retirar del mercado 6,5 millones de neumáticos el año pasado, cuando ya resultaba evidente que había problemas serios de seguridad.

En mayo, Ford retiró otros 13 millones de ruedas Firestone adicionales, diciendo que tenía dudas sobre su seguridad. Y aquella decisión puso fin a un siglo de relación comercial entre ambas compañías. Bridgestone/Firestone y Ford se han pasado más de un año acusándose mutuamente de provocar los accidentes, tanto en sus intervenciones ante el Congreso de EE UU como en las declaraciones hechas a los distintos medios de comunicación.

En los alegatos iniciales de hoy, la defensa de Bridgestone/Firestone piensa aducir que el accidente de la familia Rodríguez estuvo provocado por fallos en el diseño del Ford Explorer y no por sus neumáticos. La empresa maneja estudios realizados por expertos independientes que confirman esta tesis. Mientras, Ford lleva meses afirmando exactamente lo contrario en sus negociaciones con los damnificados. Con lo cual parece claro que Bridgestone/Firestone y Ford Motor piensan trasladar a los tribunales el cruce mutuo de acusaciones que han mantenido hasta ahora en otros foros.

Conscientes de que cualquier sentencia firme sienta un precedente peligroso, ambas compañías han sellado cientos de acuerdos en los que se comprometen a compensar a los damnificados sin llegar a juicio. En el caso de Bridgestone/Firestone, el número de pactos extrajudiciales negociados se cifra en unos 200 (un 40% del total de los casos). Al parecer, sus abogados están utilizando como argumento negociador la amenaza de bancarrota. Es decir, que es mejor aceptar una compensación inferior a arriesgarse a no recibir nada si la avalancha de sanciones fuerza a la compañía a suspender pagos.

A las demandas de los afectados se suman las reclamaciones de compañías aseguradoras como Allstate y State Farm, que han reclamado a ambos fabricantes que le reembolsen las compensaciones que han pagado a las víctimas de los accidentes. Los costes legales, comerciales y de pérdida de imagen causados por este escándalo se están cobrando un duro peaje en las compañías, sobre todo en el fabricante japonés.

Bridgestone/Firestone ha presentado unos resultados semestrales que reflejan 251,1 millones de dólares de pérdidas. Y ha citado como principal motivo la retirada masiva de neumáticos (incluyendo los gastos de los litigios) y los costes de reestructuración de su negocio en Estados Unidos. La empresa también ha sufrido daños por el aumento en los costes de las materias primas.

Una marca en peligro

El llamado escándalo de los neumáticos defectuosos ha alcanzado tal envergadura que muchos expertos se preguntan si la centenaria marca de ruedas Firestone podrá sobrevivir.

Shiego Watanabe, presidente de la compañía, aseguraba recientemente, no sin titubeos, que mantendrán la marca. Pero al mismo tiempo acaba de anunciar que potenciarán en EE UU la venta de ruedas de marca Bridgestone para compensar el declive de ventas de las Firestone. En Ford, la crisis ha recortado las ventas de su popularísimo Explorer (8,9% menos en julio) y ha acrecentado el temor de los inversores por la aparente pérdida de la calidad de sus vehículos.

Romper esta imagen y solventar de una vez el escándalo serán los mayores retos del bisnieto de los fundadores de Ford y Firestone, William Ford, que desde julio comparte con Jacques Nasser tanto la presidencia ejecutiva como la del consejo.

 

Una crisis marcada por el ocultismo

Los primeros problemas con los neumáticos Firestone instalados en el Ford Explorer empezaron a detectarse en distintos países a mediados de los noventa. Pero las leyes de Estados Unidos no obligan a los fabricantes a comunicar al Gobierno la retirada de productos defectuosos en otros países. De modo que los directivos de Ford Motor y Bridgestone/Firestone optaron por guardar silencio.

El diario The New York Times asegura que en 1996, cuatro años antes de que los responsables de seguridad vial de Estados Unidos (NHTSA) abrieran su investigación, los abogados de Ford ya sabían que existía un problema de seguridad grave. Pero lo mantuvieron oculto para proteger a la compañía frente a litigios y, según este diario, "no sólo lo ocultaron a sus acusadores, sino también a sus propios ingenieros".

En cuanto a Firestone, documentos presentados en varias demandas indican que sus directivos conocían el problema desde 1998.

Los responsables de la NHTSA no empezaron a vigilar este asunto hasta febrero de 2000, cuando las informaciones difundidas por un canal de televisión de Houston (Tejas) dispararon el número de quejas presentadas en EEUU.

En mayo de 2000 abrieron una investigación preliminar y a principios de agosto exigieron a Bridgestone/Firestone que retirara 6,5 millones de ruedas del mercado.

Pero para entonces ya era demasiado tarde para cientos de personas que habían estado conduciendo vehículos peligrosos sin saberlo.

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