El Banco de España confirma el frenazo al crecimiento en el segundo trimestre
El panorama económico nacional ha continuado empeorando durante el segundo trimestre del año. En dicho periodo, el producto interior bruto (PIB) español creció a una tasa del 3%, lo que significa cuatro décimas menos que la cifra avanzada por la Contabilidad Nacional para los tres primeros meses del año, según estima el Banco de España en su último informe económico.
Esta tasa de crecimiento del 3% coincide con la cifra prevista por el Gobierno para todo el año, por lo que para que dicha estimación se cumpla, la actividad debería mantenerse en idénticos niveles el resto del ejercicio.
El informe elaborado por el Banco de España subraya que las pautas que han determinado esta nueva contracción de la actividad han sido las mismas que en trimestres anteriores. Una paulatina desaceleración de la demanda interna, cuya tendencia tiende a estabilizarse en tasas reales del orden del 2,5% y una aportación positiva de la demanda exterior neta al aumento del producto, en torno al 0,6%.
Además, el crecimiento del empleo se está ralentizando, aunque continúa siendo notable y, tal y como destaca la autoridad monetaria, no se ha producido todavía el esperado y previsible descenso de la tasa de inflación, que en junio se mantuvo en el 4,2%. De hecho, el Banco de España destaca que el diferencial de precios entre España y los países de la unión económica y monetaria continúa fluctuando ligeramente por encima del 1%. El informe subraya que este tono más contenido de la actividad económica, que afecta sobre todo a los sectores industriales y a las decisiones de inversión en bienes de equipo, "no parece que vaya a comprometer el objetivo previsto de equilibrio en las cuentas públicas al final del año".
La entidad recuerda que los pagos se vienen comportando en líneas generales tal y como estaba previsto, y se espera que las previsiones presupuestarias puedan alcanzarse al final del ejercicio, contando además con los resultados muy positivos de las cuentas de la Seguridad Social.
Todos los expertos han destacado en los últimos meses cómo, pese al repunte inflacionista que repercute muy negativamente en la renta disponible de las familias, el gasto de los consumidores ha disminuido ligeramente y marca una clara tendencia a estabilizarse. Es más, el informe del Banco de España destaca la recuperación de las compras de automóviles, así como la de productos alimenticios. El aumento del empleo es el principal elemento que sostiene el crecimiento de la renta disponible de los hogares.
Ahorro
De hecho, la entidad observa una tendencia a la mejora en la tasa de ahorro y en la capacidad de financiación de las familias. Como síntomas de una posible recuperación futura de las tasas de actividad, el Banco de España considera que sólo el descenso de la tensión en el mercado de productos petrolíferos, que parece consolidarse, anticipa una futura corrección en las tasas de crecimiento de los precios de numerosas economías. Para ello es necesario "que se contenga la dinámica de crecimiento de los costes laborales y que se mejore la eficiencia en el funcionamiento de algunos mercados, en los que los crecimientos de los márgenes empresariales son considerables", alerta el banco. En este sentido, el informe critica la inclusión de cláusulas de salvaguardia en la negociación de los convenios colectivos.
Por su parte, los indicadores recientes sobre la economía de EE UU no parecen anticipar una rápida recuperación. Los mercados esperan nuevos recortes de tipos de interés que, unidos a las medidas fiscales anunciadas por el Gobierno de George Bush, podrían aportar el estímulo necesario para provocar un cambio de giro en la actividad.
Repercusión desigual en los países de la UEM
Las economías europeas se han visto afectadas por este entorno desfavorable con una clara desigualdad, en función de su exposición inicial a la evolución de los mercados en crisis.
El Banco de España recoge en su informe que los expertos esperan que el crecimiento del PIB real del conjunto de la zona euro durante el segundo trimestre de este año sea inferior al del primero (2,6%), cuando la debilidad de la demanda interna se vio parcialmente compensada por la mejora en la contribución del saldo neto exterior, en especial por la desaceleración de las importaciones.
Los últimos indicadores disponibles muestran un tono algo más deprimido del consumo privado, la variable que está mostrando una mayor resistencia a la desaceleración. El Banco de España no cree que los estímulos fiscales que están teniendo lugar en algunas de estas economías sean la vía más adecuada para impulsar los ritmos de crecimiento actuales, por lo que los Gobiernos comunitarios "deben concentrar sus esfuerzos en restaurar los niveles de confianza de los agentes económicos y flexibilizar el funcionamiento de sus mercados, así como aumentar la inversión, el camino más sólido para reducir sus elevados niveles de desempleo".