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INTERNACIONAL

El consumo crece en EE UU, pese a la menor confianza en la economía

Los consumidores estadounidenses siguen manteniendo a flote las cifras nacionales del PIB. El consumo volvió a crecer en junio por encima de los ingresos, mientras que el índice de confianza de los consumidores cayó inesperadamente 2,4 puntos en julio. Por si acaso, el Departamento del Tesoro se apresuró a afirmar que lo peor de la crisis "ya ha pasado".

El gasto de los estadounidenses creció en junio un 0,4%, por encima del incremento de los ingresos, que subieron un 0,3%. Los consumidores continúan así endeudándose y salvando la economía de los números rojos.

Sin embargo, los ciudadanos están empezando a percibir en carne propia el deterioro de la coyuntura. El temor al desempleo provocó en julio una bajada inesperada del índice de confianza de los consumidores. El indicador de la entidad privada Conference Board descendió a 116,5 puntos, frente a los 118,9 registrados en junio. Se rompió así la tendencia alcista registrada a lo largo del año.

Los datos de la entidad privada, combinados con la letra pequeña del consumo, ofrecen perspectivas contradictorias para la economía. El gasto de los consumidores supone actualmente dos tercios del PIB, por lo que una percepción pesimista de los ciudadanos sobre la evolución económica puede derivar en una reducción del gasto y, consecuentemente, del crecimiento. Sin embargo, el consumo se está concentrando en los bienes duraderos, como vehículos y electrodomésticos. El gasto en estos artículos creció un 1,5%, aunque el consumo de bienes perecederos (que incluye ocio y vacaciones) cayó un 0,2%.

Recuperación del PIB

En este panorama, el Departamento del Tesoro intentó aportar ayer un poco de optimismo. La directora de la oficina de análisis macroeconómicos del Departamento, Karen Hendershot, afirmó que "lo peor de la desaceleración ya ha pasado".

No obstante, la economista reconoció que aún persisten bastantes incertidumbres en torno a la capacidad de recuperación del sector empresarial. Pero Hendershot centró su optimismo en los consumidores y expresó su confianza en la buena evolución de la economía. El Tesoro estima que el último trimestre del año experimentará un alza real del PIB del 3%. En el segundo trimestre del año el crecimiento fue del 0,7%, frente al 1,3% del periodo anterior.

A su juicio, varios factores permiten el optimismo: la devolución a los contribuyentes por la rebaja de impuestos, los bajos tipos de interés y una caída de los precios energéticos del 20% del crudo y del 60% del gas natural. Con estos datos el Gobierno cree que consumidores y empresarios tendrán más dinero en sus bolsillos para gastar y animar el crecimiento.

 

La autoridad comercial de Bush, en el aire

El presidente de EE UU, George Bush, recibió ayer un serio revés al ver retrasada "al menos hasta septiembre" la votación en el Congreso sobre la autoridad comercial para negociar acuerdos sin capacidad de que las Cámaras presenten enmiendas (el antiguamente conocido como fast track).

Los congresistas republicanos reconocieron ayer que no cuentan con suficientes votos demócratas para que la propuesta salga adelante. La Constitución de EE UU otorga al Congreso la capacidad para negociar acuerdos comerciales, pero puede autorizar al presidente a hacerlo en su nombre, aunque la última vez que lo hizo fue en 1994.

Eso supone un serio revés para Bush, que ha hecho de la liberalización y los acuerdos comerciales uno de los pilares de su programa económico. Asimismo resta poder a la Administración estadounidense de cara a la reunión de la Organización Mundial del Comercio en noviembre y la negociación del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA).

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