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Las grandes obras se quedan sin cemento

Tenemos problemas. No sabemos si mañana vamos a tener hormigón y no sabemos si podemos seguir trabajando". Son lamentos que se pueden recoger a pie de algunas de las grandes obras de Madrid. Las empresas constructoras reconocen que tienen en los últimos dos meses problemas para abastecerse de cemento y hormigón (mezcla de cemento y áridos).

Las cementeras tienen sus plantas prácticamente a plena capacidad porque el ritmo de la construcción no decae. Según las últimas cifras de consumo y producción hechas públicas por la patronal del sector, Oficemen, en el último semestre el consumo ha crecido un 8,7% (20,87 millones de toneladas) y la producción, de 19,7 millones de toneladas ha avanzado un 5,23%. El problema es que a veces este delicado equilibrio en el que van ganando peso los importadores se rompe cuando una fábrica de cemento tiene problemas.

Y ha ocurrido. Esta vez no ha sido una avería como la que el pasado abril paralizó algo más de una semana la planta de Cementos Portland en Morata de Tajuña (Madrid) -la que en mayor medida provee a la comunidad madrileña-. Según fuentes de Oficemen, la causa ha sido una huelga, la más larga en este sector, en la planta de Olazagutia (Navarra), también de Portland, aunque el portavoz de ésta ha minimizado el efecto de la huelga .

Pese a haber reconocido que su situación es privilegiada en el sector, los trabajadores han estado en huelga para defender su postura en el convenio colectivo desde el pasado 4 de junio. Sólo el viernes pasado firmaron un acuerdo de tres años para el que se ha necesitado la mediación del Gobierno foral.

Las cuentas correspondientes al tercer trimestre reflejarán el efecto económico de este cierre. A efectos prácticos inmediatos, la huelga de la planta navarra ha supuesto que dejen de producirse 3.100 toneladas diarias de clinker y que sus clientes en la zona hayan tenido que ser atendidos, sobre todo, por laplanta madrileña Cementos Portland y la de Venta de Baños (Palencia).

El cierre de Olazagutia ha tenido una especial incidencia en la capital por el desvío de una parte de la producción, ya que Cementos Portland es uno de los principales proveedores. La menor capacidad dedicada a Madrid se ha agravado con el hecho de que se mantiene el gran consumo de cemento por el fuerte tirón de la construcción, más importante en obra pública que en residencial.

Áridos y medio ambiente

El problema se traslada no sólo a las constructoras, sino también a las empresas hormigoneras, de hecho, algunas de ellas, a título individual como Readymix Asland, ya han denunciado anteriormente que les falta cemento, aunque éste no es un problema que se les presente en el centro de España. Pero no es este su único problema.

Según la Anfhop, la asociación que agrupa a los productores del 72% del hormigón preparado del país, las medidas de protección medioambiental están impidiendo la apertura de nuevas canteras, algunas de ellas en las cercanías del río Jarama, por lo que los áridos también escasean y estas empresas han de acudir a otras zonas distantes de sus centros de producción y abastecimiento, lo que puede ir repercutiendo en el precio del producto.

Tal y como están las cosas, si se combinan los problemas en la producción con la fuerza de la demanda, dinamizada por el Plan de Infraestructuras 2000-2007, se produce un efecto casi inmediato en los suministros. Las empresas anunciaron la semana pasada una inversión para el periodo 2001-2002 por valor de 50.000 millones. El objetivo es aumentar producción y con ella la actual poca capacidad de maniobra que la fuerte demanda ha provocado.

 

La importación crece al ritmo de la demanda

Al calor de la fuerte demanda de cemento y a la espera de que la capacidad de producción nacional aumente, las importaciones de este material de construcción no han dejado de crecer en los últimos tiempos. De acuerdo con la reciente estadística de la patronal Oficemen, el consumo nacional excede en algo más de un millón de toneladas a la producción y ni siquiera la cantidad de cemento dedicada a la exportación (717.134 toneladas) compensaría el déficit (las cementeras mantienen la exportación por conservar clientes en el extranjero que puedan compensar las subidas y bajadas de consumo de este bien a nivel nacional).

Todo ello ha hecho crecer el peso del cemento de importación en el mercado español a pesar de las fuertes reservas sobre este mercado de las empresas con producción nacional. Las ventas de cemento y clinker a empresas que producen en el exterior en el último semestre ha crecido un 14,2% y de estas empresas son las 2,72 millones de toneladas consumidas en este periodo.

En los últimos meses además ha cristalizado un proyecto en Andalucía que se viene gestando desde 1999, Cementos Antequera, una empresa formada por 24 empresas constructoras que han conseguido instalar una fábrica en la localidad madrileña del mismo nombre. La planta de los constructores comenzará a funcionar en algunos días con una capacidad de 300.000 toneladas elaboradas a partir de clinker de importación. Los accionistas se han comprometido a comprar el cemento que ellos mismos producen.

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