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LEALTAD 1

Pendientes del PIB en EE UU

Los mercados estarán hoy al tanto de lo que pueda deparar el dato de actividad económica en Estados Unidos. La última comparecencia de Greenspan dejó un regusto amargo, pues no contó lo que muchos querían oír, esto es, que la crisis ha terminado y pronto volverán las vacas gordas.

El momento actual de la economía de Estados Unidos es algo más serio. Hay problemas de sobrecapacidad en el sector tecnológico y una sobrevaloración del dólar que dificulta la recuperación en el sector industrial.

Hay, por otra parte, algún que otro signo esperanzador. En primer lugar, las ventas de viviendas nuevas han mantenido la fortaleza desde el inicio de la crisis en el Nasdaq. Las familias estadounidenses no se han arredrado a la hora de invertir en casas. Se ha notado más la contracción del gasto en el mercado automovilístico. Esto parece indicar que, si bien a corto plazo el americano medio se da cuenta del mal momento, a largo plazo confía en la recuperación. Un dato positivo, pues la economía es muchas veces expectativas.

Por otro lado, Alan Greenspan comentó en una de sus últimas comparecencias que las empresas pueden invertir al tiempo que tratan de borrar el atasco en sus almacenes. En otras palabras, pedía al sector tecnológico que, pese al exceso de oferta actual, no hipoteque su propio futuro recortando inversiones.

Son signos que contribuyen a mitigar mínimamente el pesimismo reinante. Quien atiende a estas señales piensa en el largo plazo, dos o tres años. Hasta entonces, sólo hay dudas.

El consenso del mercado apuesta por un crecimiento del 0,9% del PIB en el primer semestre. Una desaceleración brutal respecto al 5% que creció la economía el año pasado. Un dato menor sería mal interpretado. Pero la clave estará en el segundo semestre de 2002. Si siguen las vacas flacas, el Nasdaq volverá a mínimos.

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