Japón regatea duramente su apoyo al Protocolo de Kioto en la cumbre del clima
Japón, el país del que depende buena parte de las posibilidades de éxito de la Conferencia Mundial del Clima que se celebra en Bonn, está decidido a vender caro su visto bueno al Protocolo de Kioto para reducir las emisiones de gases que provocan el efecto invernadero (calentamiento del planeta).
Fuentes extraoficiales subrayaron ayer que Tokio, a través de una ampliación de las compensaciones (bosques y proyectos de reforestación, por ejemplo, cuyo cómputo permite reducir el compromiso nacional), quiere aumentar sustancialmente el monto de sus emisiones. Además, Japón rechaza las sanciones para los países que no cumplan lo pactado. "Sólo si consigue lo que quiere en materia de sumideros y cumplimiento, aprobará el protocolo", analizó ayer la ONG Amigos de la Tierra.
Este pulso negociador pone en aprietos a la Unión Europea, que teme que excesivas concesiones podrían acabar por aguar el protocolo. "Lo importante es que al final tengamos verdaderas reducciones", recordó ayer el ministro de Medio Ambiente alemán, Jürgen Trittin.
El anfitrión de la reunión, de todas formas, se mostró comprensivo con la reticencia de Tokio: "Prefiero que los países digan claramente qué nivel pueden alcanzar".
Varias ONG presentes en Bonn resaltaron que no sólo Japón, sino también otros países como Australia y Canadá han vuelto a caer por detrás de lo que ofrecían en la conferencia de La Haya, en noviembre pasado. Aunque con connotaciones menos pesimistas, la continuidad entre una conferencia y otra fue también resaltada por Jan Pronk, el ministro de Medio Ambiente holandés y presidente de esta cumbre. "Es posible llegar a un acuerdo", afirmó el holandés, quien señaló que la mayoría de los 178 países presentes en Bonn está interesada en llegar a un "cierto tipo de acuerdo".
Así, en Bonn, donde hoy comienzan las discusiones ministeriales, todo es aún incierto. Pronk apuntó otro factor que podría motivar un cambio de actitud: "Los participantes corren riesgo de perder credibilidad política".