BP controlará la red de gasolineras más numerosa de Alemania
El grupo energético Eon dio ayer otro paso en su agresiva estrategia de expansión al acordar con British Petroleum (BP) un canje de activos valorado en 6.500 millones de euros (1,1 billones de pesetas). A cambio de una opción para hacerse con el control de la mayor gasística del país, Ruhrgas, el grupo alemán se desprende de su división petrolera Veba Oel, propietaria de 2.500 gasolineras Aral en Alemania.
La compleja operación, que aún deberá recibir el visto bueno de las autoridades de la competencia, prevé que Eon pase a controlar en un año el 51% de una filial de BP, Gelsenberg AG, cuyo mayor atractivo consiste en que, con el 25,5%, es accionista de referencia de Ruhrgas, la mayor gasística alemana.
A cambio, BP obtendrá el 51% del negocio petrolero de Eon, Veba Oel. Tanto Eon como BP tendrán opciones para hacerse con el 100% de sus nuevas adquisiciones en el transcurso de 2002.
Para hacerse con Veba Oel, BP no sólo cederá el 51% de Gelsenberg, sino que también pagará 400 millones de euros (66.500 millones de pesetas) en efectivo y asumirá deudas por 1.900 millones de euros (316.000 millones de pesetas), según Eon. El grupo alemán valora en 6.500 millones de euros, 1,1 billones de pesetas el capital y los activos que obtendrá por Veba Oel.
Ambas compañías mostraron ayer su satisfacción por el "excelente negocio", en palabras del presidente de BP, John Browne. Por la tarde, las acciones tanto de Eon como de la empresa británica subían levemente en Bolsa.
Las ventajas para una y otra empresa, en efecto, son sustanciales. BP desde hace mucho tiempo buscaba una oportunidad para expandir su red de 950 gasolineras en Alemania. Las 2.500 estaciones adicionales de Veba Oel convierten a la compañía británica en líder indiscutido en el mercado germano.
Asimismo, unir las cadenas de gasolineras le permitirá reducir hasta un 15% los costes, lo que podría significar el recorte de 1.500 empleos.- BP, asimismo, se plantea vender el negocio de extracción de petróleo de Veba Oil.
La estrategia declarada de Eon, en cambio, es concentrarse en los negocios de electricidad, gas y agua. Ruhrgas, en este contexto, es un bocado muy apetitoso, con una cuota de mercado en Alemania del 60%. Cerca de un 20% del suministro energético germano se genera a partir del gas, una fuente de energía en la que también se basa el 40% de la calefacción en los hogares.
Aunque la situación accionarial de Ruhrgas sea compleja, con participaciones directas e indirectas de grupos como Vodafone, ThyssenKrupp y RWE, Ulrich Hartmann, presidente de Eon, se mostró confiado ayer en que el 25,5% que se obtendrá de BP significa un buen punto de partida para el control de la compañía.
La agresividad de Eon en la lucha por el liderazgo europeo -de hecho, su meta última es desbancar a la mismísima Electricité de France (EDF) del primer puesto del suministro de electricidad- es comparable con la de RWE, que también, hace apenas tres meses, comenzó a desprenderse de sus gasolineras alemanas al anunciar la creación de una sociedad conjunta con Shell.
Uno y otro grupo son el producto de dos fusiones, la de Veba y Viag, que dio lugar a la creación de Eon, y la de RWE y Vew. Durante décadas, las cuatro compañías, originalmente públicas, realizaron gran número de inversiones. Las actuales desinversiones en sectores tan dispares como las telecomunicaciones, la industria química o el petróleo les han permitido dotarse de gigantescas cajas de guerra para la expansión internacional. Con la adquisición de la eléctrica británica Powergen y el canje de ayer, Eon, por el momento, lleva las de ganar sobre su competidor RWE.