Wim Duisenberg no excluye que su sucesor sea un político
El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Wim Duisenberg, estimó ayer que no existe ningún obstáculo a que sea sucedido en su cargo al frente del instituto emisor por un político.
El eurobanco "está dispuesto a tener en la presidencia a un antiguo primer ministro", dijo Duisenberg, cuya sucesión es objeto de debate en círculos comunitarios. El presidente del BCE recordó que él mismo ocupó el Ministerio de Finanzas en Holanda.
De esta forma contradecía Duisenberg las declaraciones del primer ministro de Luxemburgo, Jean-Claude Junker, quien justificó su negativa a ocupar dicho cargo asegurando que es un político y no un banquero.
Por otra parte, Junker calificó de inoportuno el debate suscitado en torno al abandono de la presidencia del BCE por parte de Duisenberg, criticado por no emprender medidas de relajamiento monetario para contribuir al crecimiento. El instituto emisor acordó hoy mantener sin variación el precio del dinero en el 4,5%.
"El debate acerca de su sucesión es inoportuno, porque el mandato de Duisenberg aún no ha terminado: se acordó que el presidente del BCE decidiera cuándo abandonar el cargo, eso se prevé desde 1998", dijo. Desde la cumbre de París en la primavera de 1998, existe un pacto no escrito que recoge la sustitución de Duisenberg por Jean Claude Trichet, presidente del Banco Central de Francia.