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El Gobierno inicia la elaboración del Presupuesto sin definir el 'cuadro macro'

Los ministerios han comenzado a elaborar las proyecciones de gasto para 2002 sin disponer de un escenario macroeconómico cerrado que cuantifique la estimación de crecimiento. La vicepresidencia del Gobierno y el Ministerio de Hacienda únicamente han pedido austeridad en las políticas de gasto para poder alcanzar ya en 2002 un superávit público del 0,2% y un déficit del Estado de sólo un 0,1%.

El Gobierno quiere dejar cerrado en el último Consejo de Ministros de este mes, antes de las vacaciones, las líneas maestras del Presupuesto de 2002, para seguir el guión de años anteriores y aprobar definitivamente las cuentas del Estado antes de terminar el mes de septiembre. Pero en ejercicios pasados disponía ya en los primeros sondeos a los ministerios de un escenario macroeconómico perfilado, que únicamente se modificaba después en función de los propios presupuestos. Este año, sin embargo, los ministerios han comenzado la elaboración de sus planes de gasto sin disponer de tal escenario macroeconómico completo.

Y no disponen de tal cuadro porque el Gobierno no tiene todas las dudas despejadas sobre la evolución de la actividad en los próximos meses y en el próximo ejercicio. Si bien corrigió a la baja la estimación de crecimiento de la economía el pasado abril para este mismo año desde un 3,6% hasta el 3,2%, ahora maneja ya otros escenarios, y no descarta la posibilidad de que el producto interior bruto (PIB) crezca "incluso ligeramente por debajo del 3% este año". Por lógica esta nueva corrección, aún no decidida, condiciona el comportamiento de la actividad para el ejercicio del año próximo.

Primer trimestre

El Gobierno ha mostrado cierta sorpresa por la recuperación del tono de la actividad económica en el primer trimestre, confirmado por la Contabilidad Nacional de Estadística. Esta recuperación puntual, que sería imputable a un crecimiento de la renta disponible en manos de los hogares por la revisión de los salarios en enero pasado, así como a la paga de pensiones por la desviación de los precios, ha podido retrasar los efectos que sobre la economía debe terminar teniendo la recesión en los Estados Unidos, la extensión de la crisis en Latinoamérica y el recorte del crecimiento en las principales economías de la Unión Europea, especialmente en Alemania y Francia.

Los analistas del Gobiernos consideran que España no escapará a los efectos contrativos del resto del mundo. Además, consideran que la salida de la contracción en los Estados Unidos será más tarde de lo que inicialmente se había previsto, lo que lleva a cuestionar escenarios corregidos hace tan sólo dos meses, en los que se mantenía aún la convicción de lograr un crecimiento del 3,2%, muy superior todavía al de la Unión Europea.

Ahora pesa especialmente la escasa pujanza de las economías francesa y alemana, que hacen aportaciones muy importantes a la actividad española por la vía de las exportaciones. Por ello, el cuadro macro está, al menos en teoría, de nuevo en revisión.

El Gobierno cree que habrá un punto de inflexión en los datos tan positivos aportados por España hasta ahora y que de cuándo se produzcan dependerá si se puede mantener un crecimiento para el ejercicio del 3% o debe ser inferior. Por ello, los ministerios están haciendo escenarios de su gasto sin conocer cuál es el eje macroeconómico sobre el que tienen que girar.

æscaron;nicamente conocen que en 2002 las Administraciones públicas deben arrojar un superávit de 0,2% del PIB (unos 215.000 millones de pesetas) y que debe descansar fundamentalmente en la Seguridad Social. También conocen la orientación transmitida por el vicepresidente del Gobierno, Rodrigo Rato, de que hay que hacer un esfuerzo de austeridad, puesto que sin él, no sería posible lograr el superávit en un entorno de contracción económica, y menos afrontar una segunda reforma fiscal que supondría, en principio, un coste para el Estado.

Con un cambio en el escenario de actividad, cambiarían todos los agregados del cuadro; pero el Gobierno no contempla que no se logre el equilibrio presupuestario aprobado por primera vez para España desde la década de los setenta. Estima que la hipotética pérdida de recursos que pueda tener el Estado se compensen con los que genere la Seguridad Social. En los cuatro primeros meses evoluciona de tal forma que podría cerrar el ejercicio con unos ingresos superiores en 200.000 millones a los presupuestados, lo que aportaría un superávit superior incluso al del ejercicio 2000.

Más inflación

Pero para 2002 las cuenta son muy difíciles de repetir. Para empezar, la Seguridad Social tendría que arrancar el ejercicio con una revisión de las cuantías de las pensiones por la desviación de la inflación, por tercer año consecutivo.

El Gobierno mantiene para este año la previsión de inflación que coloca para toda la Unión Económica y Monetaria el Banco Central Europeo, que es del 2%. Y así sería en 2002. Pero los expertos del Gobierno en materia macro admiten que sería conveniente reconocer que "este año no se logrará tampoco reducir la inflación al 2%", como punto de partida para elaborar un escenario macro y presupuestario coherente para 2002.

Ahora maneja como inflación para este ejercicio una horquilla que estaría entre el 3% y el 3,3%. Por tanto, dispondría de siete meses para reducir la tasa anual en un punto completo (ahora esta en el 4,2%). Fuentes del Gobierno confían buena parte de la reducción de las presiones inflacionistas a la pérdida de vigor de la demanda.

 

Fabius admite que Francia crecerá sólo un 2,3%

El ministro francés de Economía y Finanzas, Laurent Fabius, dijo ayer que hay "cierta probabilidad" de que se cumpla la previsión de crecimiento económico del Instituto Nacional de Estadística (Insee) para este año, el 2,3%. El Gobierno francés no ha presentado su pronóstico oficial, después de que el Insee revisara a la baja sus proyecciones para este año, pero Fabius indicó la semana pasada que la progresión del producto interior bruto en 2001 podría ser "tal vez inferior al 2,5%".

En el momento de la elaboración de los Presupuestos para este año, en otoño pasado, el Ejecutivo esperaba un crecimiento del 3,3% que se ha ido recortando, de forma que su último objetivo oficial era del 2,9%.

El ministro socialista subrayó que "el 2,3% es algo con lo que no habríamos podido soñar en los años 91-97" y que "eso nos va a permitir a la vez mantener el consumo, equilibrar nuestro presupuesto, mostrar confianza y luchar contra un repunte del paro".

Fabius insistió en que las rebajas de impuestos van a continuar porque en Francia "son demasiado altos", y recordó que se ha previsto una bajada global de 5.790 millones de euros (casi un billón de pesetas) en 2002.

Respondía así al anterior ministro de Educación, el también socialista Claude Allegre, que acusó a Fabius por su gestión y señaló que "la política de reducción de impuestos es una política de derechas". Bruselas cuestiona que se puedan hacer las rebajas de impuestos si hay menos crecimiento.

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