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El BBVA critica las trabas políticas que le impiden crecer en Europa

El copresidente del BBVA, Francisco González, apostó ayer por el crecimiento de la banca española en Europa, aunque reconoció que sigue siendo un mercado muy cerrado en el que trabas políticas y culturales están bloqueando operaciones transfronterizas de calado. Aun así, el banco español seguirá preparándose para ser uno de los protagonistas de la futura transformación del mapa bancario europeo.

El copresidente del BBVA Francisco González, apostó ayer por el crecimiento de la banca española en Europa, pero reconoció que el horizonte "no está despejado" a corto plazo para fusiones de primera fila entre grandes bancos. "Europa es clave para el futuro de los bancos españoles, pero en estos momentos existen trabas para realizar fusiones de calado, trabas que van desde la diversidad legal hasta las barreras culturales, lingüísticas y políticas", añadió en la inauguración de un curso sobre el euro, organizado por la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE) en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.

No es la primera vez que los responsables del BBVA se refieren a estas trabas, sobre todo tras el fracaso en su intento de ampliar su presencia en el mercado italiano a través de una fusión con Unicredito. Pero, además, estas barreras no han conseguido eliminarse con la introducción del euro.

González explicó que "los mercados bancarios de los países europeos siguen casi absolutamente dominados por las entidades nacionales y, tras 12 años de la segunda directiva comunitaria, los bancos extranjeros tienen menos del 10% de cuota de mercado en países distintos del de origen".

Ante estas dificultades para entrar en mercados ajenos, el copresidente del BBVA indicó que "la mejor opción de un banco para expandirse será la adquisición o fusión con un banco de otro país". No obstante, reconoció que "ninguna entidad tiene una posición claramente ventajosa en el escenario europeo, no se ha realizado ninguna operación decisiva y es complejo abordar a corto plazo una operación de esta naturaleza, porque hay mucha incertidumbre todavía acerca de variables clave y el horizonte está todavía demasiado oscuro como para saber cuáles serían los socios u objetivos más adecuados para cada entidad".

En cualquier caso, Francisco González aventuró operaciones de primera fila en Europa en los próximos cuatro años. "Estamos en un compás de espera activo, creciendo en tamaño y preparándonos para estar listos cuando llegue este momento, en el que el mapa bancario cambiará de una forma radical", aseguró.

Entre los "deberes" de las entidades financieras españolas para prepararse ante los posibles movimientos futuros, González citó mejoras en la eficiencia, flexibilidad, capacidad comercial y desarrollo tecnológico, además de "una transformación profunda, tanto interna como externa, que lleva a un aumento enorme de la eficiencia y la calidad del servicio".

En su opinión, "el tiempo juega a favor de los bancos españoles", ya que están creciendo más deprisa que sus competidores del resto de Europa en negocio y beneficio, aprovechando sus inversiones en América Latina. González restó importancia a la "volatilidad" de los mercados al otro lado del océano Atlántico.

"Hemos invertido en América Latina para quedarnos mucho tiempo, nuestras decisiones se han tomado para el largo plazo, en una zona que cuenta con un crecimiento potencial de la economía del 4%", insistió.

Banca global

Para el copresidente del BBVA es posible llegar a ser un gran banco europeo, de carácter global, sin dejar de ser español, en un entorno en que "ninguna entidad tiene una posición claramente ventajosa" sobre las otras y donde "se pagarán caro" tanto los errores de cálculo como el miedo a la toma de decisiones.

González señaló que, en esta situación de "compás de espera activo", las entidades europeas deben prepararse "para una competencia aún mayor de bancos de otros países europeos o de Estados Unidos, de especialistas de productos o canales y de entidades no originariamente bancarias, como las grandes distribuidoras comerciales". Y todo ello, agregó, "en un mercado cada vez más transparente, con una clientela más exigente y en un marco de cambios profundos".

Las principales entidades tienen por delante un periodo de "actividad febril" para prepararse ante un nuevo entorno en que "los mejor preparados liderarán las grandes operaciones".

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