La UE prepara un plan de formación para evitar la falsificación del euro
La UE ultima una serie de medidas encaminadas a proteger la moneda única de posibles falsificaciones. Entre las más importantes, se encuentra la de lograr la suficiente formación e intercambio de información entre las autoridades nacionales, BCE, Europol e Interpol a través de un programa denominado Pericles. Mientras, las autoridades monetarias europeas mantienen el máximo sigilo respecto a los elementos de seguridad que incorporará el euro.
Las autoridades comunitarias son conscientes de la necesidad de proteger a la futura y ya muy próxima moneda única de posibles falsificaciones. El Consejo Europeo de Niza, que se celebró los días 7, 8 y 9 de diciembre de 2000 ya destacó la inminente adopción de "un dispositivo eficaz del euro contra la falsificación".
En este sentido, el Consejo de Europa acaba de proponer la puesta en marcha de un programa de acción en materia de formación, intercambios y asistencia para la protección del euro contra la falsificación de moneda que "resulta necesario, sobre todo respecto a la movilidad y a la ingeniosidad de los falsificadores y en relación con el carácter común de la nueva moneda", explica la Comisión en su documento.
El programa, denominado Pericles en alusión al político ateniense durante cuyo periodo las monedas incorporaron por primera vez elementos de seguridad, entrará en vigor en enero de 2002, se extenderá hasta diciembre de 2005 y requerirá una inversión de unos cuatro millones de euros. El programa tiene como objetivo prioritario "garantizar la convergencia del contenido de las acciones con el fin de lograr un grado de protección equivalente respetando la particularidad de las tradiciones de cada Estado miembro". Se trata, en definitiva, de coordinar una acción conjunta entre los Quince contra el fraude, respetando las estrategias operativas nacionales.
Cada año los Estados miembros y la Comisión podrán presentar un proyecto sobre formación (talleres, seminarios...) en virtud del programa Pericles. Los destinatarios de estas acciones serán policía, aduanas, administración de Hacienda y todos aquellos servicios competentes en la detección y lucha contra la falsificación; el personal de los servicios de información; los representantes de los bancos centrales nacionales, fábricas de moneda o incluso bancos comerciales; jueces y juristas, así como cualquier otra instancia o sector profesional interesado (industria, comerciantes...).
Máximo sigilo
Sobre las medidas de seguridad concretas que adoptarán los Quince para evitar falsificaciones de la moneda única no se sabe aún prácticamente nada. Hace meses que grupos de trabajo mantienen reuniones para diseñar los medios de prevenir y de detectar los fraudes de la nueva moneda. El Banco Central Europeo dará a conocer las medidas de seguridad que se adoptarán entre los próximos meses de agosto y septiembre, para evitar dar pistas a los falsificadores. Los programas de formación consistirán en intercambios de información sobre funcionamiento de bases de datos, utilización de herramientas de detección con ayuda de aplicaciones informáticas y asistencia científica (base de datos científicos, control tecnológico y seguimiento de las novedades).
También se tratarán otros aspectos como el funcionamiento de los sistemas de alerta rápida, las cuestiones pertinentes en este ámbito, la obligación de comunicación, la protección del euro fuera de la UE y las actividades de investigación o la puesta a disposición de competencias operativas especializadas. El apoyo técnico, científico y operativo utilizará cualquier medida que desarrolle instrumentos pedagógicos, aplicaciones informáticas y estudios que ayuden a la detección del fraude a nivel europeo.
Dudas sobre la validez de los actuales detectores
Las empresas que utilicen aparatos de detección de billetes falsos deberán aún esperar unos meses antes de saber si podrán seguir utilizándolas para tener la seguridad de que los nuevos billetes de euro con los que realicen sus transacciones son auténticos.
Ricardo Fernández, coordinador de la campaña Euro 2001 del Banco de España, recuerda que las autoridades monetarias europeas no darán a conocer los elementos de seguridad que incorporará la nueva moneda hasta finales del mes de agosto o principios de septiembre. El objetivo es, precisamente, evitar dar facilidades a los falsificadores. "Hay grupos de trabajo estudiando el funcionamiento de los dispositivos mecánicos para identificar billetes falsos, pero aún no es seguro que valgan los antiguos o habrá que realizar alguna modificación", explica Fernández. Los nuevos billetes dispondrán de elementos de seguridad visibles por el ojo humano -como marcas de agua- y otros más sofisticados que sólo podrán detectarse mediante dispositivos mecánicos.
Susana Maldonado, de la Oficina Euro del Consejo Superior de Cámaras de Comercio, Industria y Navegación, afirma que es probable que las máquinas de detección mantengan su utilidad, aunque recuerda que éstas nunca detectan el 100% de los billetes falsos.
Será por tanto a partir del mes de septiembre, con más información respecto a las medidas de seguridad, cuando las empresas podrán valorar los ajustes necesarios en los mecanismos de detección de moneda falsa.