China y Rusia apuestan por la cooperación con Washington
Los presidentes ruso, Vladimir Putin, y chino, Jiang Zemin, expresaron ayer su deseo de mantener "unas relaciones constructivas" con Estados Unidos, en palabras del líder chino. Ambos países reforzaron su oposición al escudo antimisiles propuesto por el presidente de EE UU, George Bush.
Los dos líderes se comprometieron ayer en Shanghai a unir fuerzas en la lucha por "defender la estabilidad mundial". En esta línea, el ministro ruso de Exteriores, Igor Ivanov, confirmó que ambos países "persiguen una política más constructiva con Washington".
El encuentro de ayer fue el primero entre ambos mandatarios y sirvió para que los dos países reforzasen su oposición al proyecto de defensa de EE UU, el llamado escudo antimisiles (NMD, en sus siglas en inglés), impulsado por el presidente Bush. "Rusia mantiene la misma posición que China en este aspecto", comentó Ivanov, en referencia al NMD.
El portavoz del Ministerio chino de Exteriores, Sun Yuxi, manifestó el rechazo expreso de su país al NMD y aseguró que China apoya todas las iniciativas internacionales destinadas a favorecer los procesos de desarme y a evitar futuras carreras armamentísticas.
Putin se reunirá mañana en Eslovenia con el presidente estadounidense, en un intento por mejorar las relaciones bilaterales. Bush concluirá así su gira por Europa, cuya prioridad ha sido la de tratar de convencer a sus socios de la OTAN de las bondades del NMD y de que el acuerdo antimisiles balísticos (ABM), firmado en 1972 con la entonces Unión Soviética, está "muerto".
Bush persigue la participación de Rusia en lo que él mismo define como "nuevo marco estratégico", pero Moscú se aferra al ABM.
Sin embargo, las posiciones china y rusa no están tan próximas como parece. La propuesta defensiva de Rusia pasa por un sistema de misiles tácticos que estaría abierto a todos los países. Una iniciativa vista con recelo desde Pekín, que teme que pueda usarse para defender Taiwan, isla considerada por las autoridades chinas como una provincia rebelde y principal punto de desencuentro entre Bush y Zemin.
La amistad entre Rusia y China ha salido reforzada tras este primer acuerdo. De hecho, el presidente chino anunció una inminente visita a Moscú, que se celebrará en julio. Ambos dirigentes firmarán entonces un acuerdo de "buena vecindad y coo-peración". Fuentes del Gobierno de Pekín se apresuraron a señalar que "el fortalecimiento de las relaciones ruso-chinas no debe ser visto en clave antiamericana".
El Grupo de Shanghai
La reunión entre Putin y Zemin se enmarca en la cumbre del llamado Grupo de Shanghai, compuesto por Rusia, China, Kazajistán, Kirguizistán y Tayikistán. A partir de hoy, Uzbekistán se unirá a la denominada Organización de Shanghai para la Coo-peración (SCO, en inglés).
El objetivo primordial de la SCO, creada hace cinco años, es combatir el separatismo y extremismo islámico. "Es un nuevo concepto de seguridad regional", explicó un responsable chino de Exteriores. La gran preocupación de los países del grupo es el fenómeno de los talibán, que amenaza desde Afganistán con extender su influencia en varias repúblicas ex soviéticas de población musulmana, e incluso en la región de Chechenia, donde aún están abiertas las heridas de la guerra contra los secesionistas islámicos.
Los dirigentes de los países de la SCO celebraron ayer una reunión previa en la que reiteraron su determinación de acabar con los grupos terroristas islámicos que amenazan el continente. Los mandatarios abogaron por un mundo multipolar, sin potencias hegemónicas.
El Gobierno chino ha desplegado unas medidas espectaculares de seguridad. El encuentro también es un reto para demostrar la viabilidad de Pekín como candidata a los Juegos Olímpicos de 2008.